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Un equipo de científicos estadounidenses ha creado robots a partir de cientos de células animales con diseños propuestos por un superordenador. Los investigadores creen que sus “organismos reprogramables” podrían tener aplicaciones médicas y de restauración ambiental.
“Parece que estos biobots son una tercera clase de materia animada: no son robots ni son, estrictamente, organismos. Creo que estos biobots obligarán a los biólogos y a los filósofos a repensar nuestras definiciones de la vida y de lo que es una máquina”, afirma uno de los autores, Josh Bongard, de la Universidad de Vermont.
Mitad robot, mitad ser vivo
La investigación se basa en dos tipos de células de la rana de uñas africana: células contráctiles del corazón (con capacidad de moverse) y células pasivas de la piel (no se mueven).
Los Biobots son un gran descubrimiento de la ciencia moderna. Su nombre se basa en el juego de palabras de 'vida' + 'robot'. Un ser que será capaz de obedecer todas nuestras órdenes.
Durante meses, los científicos han utilizado el superordenador Deep Green de la Universidad de Vermont para simular miles de agregados de diferentes formas, con cientos de células, e intentar predecir su comportamiento.
Partiendo de miles de configuraciones aleatorias de esas células, el algoritmo escoge los diseños más adecuados para una determinada tarea.
Los científicos intentaban diseñar, por ejemplo, agregados de células de moverse en una dirección determinada.
Para qué sirve un biobot
Los científicos reconfiguraron sus biobots para mostrar cuatro tipos de comportamientos:
- Manipulación de objetos. Los biobots se dirigen espontáneamente a las partículas de su entorno y las empujan. Los científicos creen que esta función se puede perfeccionar para dirigirse a partículas concretas.
- Transporte de objetos. Los investigadores han creado en el laboratorio agregados con un agujero en medio. Las simulaciones en el superordenador sugieren que este agujero se podría utilizar como un bolsillo para transportar objetos.
- Comportamiento colectivo. Las simulaciones en el superordenador sugieren que varios biobots se moverían de forma espontánea en círculos, empujando las partículas exteriores a una ubicación central.
- Resistentes. Los investigadores han intentado romper los biobots y han observado que se reconstruyen solos.
Los biobots son pequeñas máquinas completamente biológicas, poco invasivas, con un tiempo limitado de vida y biodegradables. Pueden acometer tareas muy eficientemente a una escala mínima y son relativamente sencillas de programar.
Podrían ser útiles en la detección de tumores, en el despeje de arterias obstruidas o en la administración de fármacos. En un futuro aún muy lejano, los biobots podrían ayudar en la microcirugía, por ejemplo, trabajando sobre los tejidos. Otra de las aplicaciones más prometedoras es de corte ecológico.
Al ser 100% biodegradables, podrían encargarse de limpiar una masa de agua con microplásticos. También podrían ayudar en las tareas de limpieza de terrenos contaminados con sustancias tóxicas.
Estas aplicaciones todavía están lejos de ser una realidad. Por el momento, solo tenemos el desarrollo de los organismos programables.
La ciencia y la vida
¿Qué ocurriría si estos biobots tuviesen la capacidad de reproducirse? La fina línea entre la vida y la muerte es un tema recurrente, especialmente en ciencia. Al igual que pasa con los virus, los biobots solo poseen una función, la de interacción, pero no la de nutrición ni reproducción. Por tanto, no pueden considerarse seres vivos. ¿O sí? Al fin y al cabo, están hechos de células vivas que sí poseen.
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