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Desde la Conferencia Episcopal, Naciones Unidas y la Unión Europea luchan por lograr un intento de mediación para buscar una salida a la profunda crisis política y social que sacude Bolivia.
Dichas instituciones convocaros a representantes del Gabinete interino, del partido del expresidente Evo Morales y organizaciones civiles, tras una semana de convulsión que las autoridades provisionales no han sabido solucionar.
El objetivo es facilitar un acuerdo para renovar el Tribunal Electoral y convocar elecciones. Pero Jeanine Áñez, que asumió el poder hace una semana, aún no ha fijado fecha para la convocatoria.
Bolivia se encuentra al borde del colapso
Las movilizaciones no cesan. Yan han fallecido más de 20 personas. La represión de las Fuerzas Armadas durante las protestas, el vandalismo y las posiciones encontradas del equipo de Áñez y del MAS de Evo Morales sitúan Bolivia en un punto sin retorno.
La Iglesia, la ONU y Bruselas quieren llegar al acercamiento entre las partes y al diálogo para poder desbloquear la situación. Pero tras días de conversaciones los contactos han sido en vano.
La convocatoria tiene que realizar una renovación del Tribunal Electora. Pero el Gobierno interino se arropa con la posible falta de acuerdo del Parlamento, donde el MAS sigue siendo mayoría absoluta, para evitar fijar esas fechas.
Y es que la sucesora provisional de Morales tampoco ha apuntado, pese a prometerlo, a unos plazos aproximados para convocar nuevas elecciones en Bolivia.
La Constitución le da tres meses para tomar una decisión y este lunes el Gobierno no descartó tener que convocar los comicios a través de un decreto, como sugirió el principal rival de Morales en las elecciones de octubre, Carlos Mesa.
Áñez tampoco ha sido apoyada por el partido oficialista, que además lleva una semana denunciando un golpe de Estado
Pero debido a la enorme distancia entre los que tienen que dialogar, los mediadores han solicitado a los líderes de opinión y a los medos de comunicación que bajen el tono de las declaraciones.
De esta forma ayudarán a facilitar el diálogo y entendimiento entre todos.
También hay ministros que han tomado decisiones políticas de alcance, como la canciller, que rompió relaciones con Venezuela formulando acusaciones de injerencia.
Y otros que se centran en arremeter contra sus antecesores, a los que consideran responsables de un intento desestabilizar Bolivia a través de las protestas.
Aunque todos hablen de pacificar, la realidad es que Bolivia sigue estando golpeada por la violencia y hundida en una dura confrontación social.
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