Lectura fácil
Ha llegado el día del momento decisivo en la Unión Europea. Estamos a 31 de enero de 2020, y esta es la fecha fijada desde hace meses para consumar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Así, el Brexit se hace oficial desde este último viernes de enero.
En este contexto, el hecho provoca un nuevo panorama internacional con el que habrá que convivir a partir de ahora. Algo que sí que preocupa a los ciudadanos es saber cómo les afectará a la hora de viajar, de hacer negocios, o de residir.
Para tranquilizar, sí que podemos adelantar que el Brexit está diseñado para que su impacto en empresas y ciudadanos sea el menor posible.
El divorcio ya se ha firmado
Desde este viernes 31 de enero a las once de la noche en Londres, Reino Unido será ya un "país tercero". Esto supone que abandonará las instituciones y estructuras de gobierno de la UE. En consecuencia, la bandera británica, la Unión Jack, dejará de ondear frente al Parlamento europeo.
No obstante, lo cierto es que el proceso de desconexión va a llevar todavía unos meses más. En concreto, aún quedan once meses por delante. Londres y Bruselas han acordado un periodo transitorio hasta el 31 de diciembre de 2020 en el que deberán aclarar su relación futura.
Así las cosas, en todo este tiempo la Unión Europea seguirá tratando a Reino Unido como un estado miembro. La relación seguirá siendo similar a la de ahora. De hecho, se mantienen los derechos de los ciudadanos de acuerdo con el acervo comunitario, el mercado común y la unión aduanera.
Los británicos y los ciudadanos comunitarios podrán residir, trabajar, viajar, acceder a los servicios públicos como la sanidad y comerciar como hasta ahora hasta final de año.
La letra pequeña del Brexit
No obstante, conviene estar preparado para lo que pueda venir después del 31 de diciembre. Porque lo que se pretende es acordar una nueva relación amigable y beneficiosa para ambas partes, pero aún cabe la posibilidad de un Brexit duro.
En lo referente a la residencia, de momento no habrá que preocuparse porque todo va a seguir igual. Aunque quienes cambien de residencia desde o hacia el Reino Unido a partir del 1 de enero de 2021 estarán sujetos a las nuevas normas migratorias, pactadas o no, que se apliquen por ambas partes.
Pero atención a la letra pequeña que no debemos pasar por alto. Así, un ciudadano o ciudadana español que quiere residir en el Reino Unido, a partir del 31 de enero de 2020 y hasta el 30 de junio de 2021 debe solicitar, en caso de no tenerlo, un permiso de residencia en base al llamado "sistema de residencia para la Unión Europea" (EU Settlement Scheme).
Permiso de residencia
Con este nuevo procedimiento pueden alcanzarse dos situaciones. Por un lado, que el permiso de residencia sea indefinido, para aquellos ciudadanos de la UE y sus familiares que lleven residiendo más de 5 años en el Reino Unido.
Aunque también puede haber un permiso de residencia temporal, para los comunitarios con menos de 5 años de residencia. En ambos casos, los permisos solo se conceden a quienes han llegado al Reino Unido antes del 31 de diciembre de 2020.
Pero si nos referimos a un británico en España, la situación es parecida. Si actualmente dispone de un permiso de residencia, su situación no cambiará tras el 31 de enero. Si no lo tiene, podrá solicitarlo de acuerdo con las normas actuales solo si llega a España durante el periodo transitorio. Después, se regirá por las nuevas normas.
Y es que en España residen actualmente más de 250.000 británicos, según el INE.
Sin cambios para las empresas
En lo que respecta al mercado interior, unión aduanera y las políticas comunitarias también se mantendrá todo como hasta ahora entre el 31 de enero y el 31 de diciembre de 2020. La Agencia Tributaria (AEAT) especifica que durante este periodo transitorio las empresas no tendrán que realizar formalidades aduaneras.
Si concluidos los 11 meses no se alcanzara un nuevo acuerdo bilateral, las relaciones comerciales a uno y otro lado del Canal de la Mancha se regirán por las normas globales marcadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En el caso de Irlanda del Norte, el acuerdo del Brexit prevé importantes cambios tras el 31 de diciembre. La región saldrá de la unión aduanera europea y formará parte de la de Reino Unido, aunque permanecerá alineada con las normas comunitarias en el comercio de bienes.
Así las cosas, la entrada de mercancías se controlará en los puntos de entrada a la provincia autónoma, ya sea en los puertos del mar de Irlanda o en los aeropuertos, y no en la frontera con la República de Irlanda. El sistema estará sujeto a la ratificación del Parlamento del Ulster. Pero aún no se ha llegado a ese punto.
Añadir nuevo comentario