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Bruselas, 18 ene (EFE).- La Comisión Europea (CE) propuso hoy reformar las normas sobre el IVA en la Unión Europea (UE) para que los Estados tengan más flexibilidad a la hora de fijar tipos estándar, reducidos o exenciones de este impuesto, así como aligerar la burocracia que la tasa genera para pequeñas y medianas empresas.
Bruselas busca enmendar una legislación que data de 1992 y está plagada de derogaciones para dar más margen de maniobra a las capitales en un área clave para perseguir objetivos políticos y muy sensible a las presiones de diferentes sectores económicos.
"La Comisión es criticada desde hace años por todas partes porque el sistema actual no permite a ciertos productos beneficiarse de tipos de IVA reducidos", dijo en una rueda de prensa el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quien recordó que en 2016 una disputa por el IVA a los tampones en el Reino Unido acabó siendo debatida por líderes de la UE al más alto nivel político y es parte de las negociaciones del "brexit".
Para acabar con este tipo de situaciones Bruselas quiere cambiar el sistema actual, que obliga a los países a fijar un tipo estándar igual o superior al 15 %, les permite establecer un tipo reducido de máximo el 5 % a dos categorías de productos e incluye diferentes derogaciones en función de los países por razones históricas.
El Ejecutivo comunitario propone ahora que, además del tipo estándar de mínimo 15 %, los países puedan establecer otras cuatro tasas: dos tipos reducidos de entre el 5 % y el estándar que elijan, un tipo superreducido de entre el 0 % y el reducido que hayan escogido y, finalmente, una exención de IVA (tipo del 0 %).
Además, la lista actual de bienes y servicios a los que pueden aplicarse tipos reducidos se eliminará y en su lugar se creará una nueva relación de productos a los que siempre deberá aplicarse el tipo estándar.
Entre estos se cuentan, por ejemplo, las bebidas alcohólicas, el tabaco, los teléfonos inteligentes, los productos electrónicos y aparatos del hogar, fuel, armas, metales preciosos, juegos de azar o servicios financieros.
En todo caso la media ponderada de los tipos del IVA aplicados por los países deberá ser siempre de al menos el 12 % con el fin de "salvaguardar los ingresos públicos", argumenta la Comisión.
Por otro lado, el Ejecutivo comunitario también plantea cambiar las normas del IVA para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que hoy se pueden beneficiar de una exención de este impuesto sobre sus ventas si su cifra de negocio está por debajo de un umbral que varía en función de cada país.
Bruselas propone ahora que, además de esta exención, se introduzca un umbral de 2 millones de euros en ingresos en toda la UE por debajo del cual podrán beneficiarse de una simplificación en los trámites del IVA.
También introduce un segundo límite de 100.000 euros de facturación para aquellas compañías que operen en más de un país de los Veintiocho por debajo del cual podrían estar exentas del impuesto.
Por último, deja libertad a los países para que liberen a las pymes de ciertas obligaciones de identificación, facturación o contabilidad relativas a esta tasa.
Bruselas estima que esto reducirá en un 18 % los costes para las pymes, que afrontan "gastos desproporcionados" por cumplir con esta tasa, especialmente cuando operan en varios países (un 11 % más), según la Comisión.
La propuesta es la última de una serie de modificaciones del IVA planteadas en los últimos años por la Comisión para adaptar esta tasa al mercado único y las operaciones transfronterizas que ha permitido o a la digitalización, así como para luchar contra el fraude.
La iniciativa debe ahora ser negociada y aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo (los países) para poder entrar en vigor.
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