¿La caldera causante de la explosión con cuatro muertos en Madrid había pasado las revisiones?

Recordemos que cuatro personas han muerto y varias han resultado heridas de diversa consideración en la explosión de un edificio en el número 98 de la calle Toledo, en el centro de Madrid. Poco antes de las nueve de la noche del fatídico miércoles 20 de enero los bomberos dejaban el lugar acordonado y vigilado para proseguir con con los trabajos de estabilización con la luz del día.

A las 14:56h una fuga de gas destrozó casi por completo el número 98 de la calle Toledo. En ese momento, David S.M., de 35 años, y electricista estaba arreglando una caldera junto a un sacerdote. Ambos fallecieron. David tenía cuatro hijos. El hombre había acudido al edificio a revisar la caldera ya que llevaba un tiempo funcionando mal y no se había podido arreglar antes debido al temporal Filomena, según contaron fuentes de la congregación a Nius Diario. Fuentes de la investigación, estudian si la caldera había pasado las revisiones.

Se investiga si la caldera causante de la explosión con cuatro muertos en Madrid había pasado las revisiones

Carlos Hernando, supervisor de guardia de los Bomberos de Madrid, explicaba para Servimedia que tras recibir el aviso sobre la explosión, la prioridad había sido durante buena parte de la tarde controlar la fuga de gas y buscar otras posibles víctimas.

Una vez auto extinguido el incendio provocado por la fuga de gas, que los Bomberos no procedieron a sofocar para evitar un posible embolsamiento de gas y permitir su combustión controlada, pudieron proceder a refrigerar la zona más afectada y a sanear los elementos inestables del edificio de enfrente, que amenazaban la zona de trabajo en la calle.

En total, cuatro personas han sido trasladadas a distintos hospitales de Madrid: uno de 53 años al Ramón y Cajal con traumatismo craneoencefálico en estado leve; otro, de 36, a La Paz con politraumatismo y en estado grave; otro, de 29, con fractura de peroné y pronóstico reservado y otro, de 27, con herida en el tobillo, a la Fundación Jiménez Díaz.

“Lo milagroso ha sido que gracias a la nieve no había niños en el patio", explicaba Carlos Ruiz, padre de una alumna

La planta baja del edificio estaba ocupada por la parroquia La Paloma y encima había una residencia habitada por algunos religiosos. Al lado hay un colegio pero la dirección había prohibido a los niños salir al patio por el temporal, lo que probablemente evitó desgracias mayores. Todos salieron ilesos. 

Los alumnos no volverán al colegio esta semana y seguirán con clases online mientras los técnicos del Ayuntamiento de Madrid evalúan si se han producido daños estructurales.

La preocupación ahora es que el edificio colapse y los pilares no aguanten

La demolición controlada de las plantas superiores del edificio siniestrado ya han comenzado, según avanzó el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes.

Según detalló Fuentes acudirán grúas a las 8 horas para empezar la demolición de lo que queda en pie tras la explosión. Hay que realizar esta operación "muy poco a poco" porque no se puede hacer desde dentro ante la imposibilidad de pisar esas plantas.

El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, ya había avanzado que estas plantas "tendrían que ser objeto de un derrumbe controlado". Además, los bomberos tendrán que revisar la pared medianera con la residencia de ancianos colindante, en la que nadie ha resultado herido.