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En enero de 2023, el Real Decreto RD 3/2023 fue aprobado en España para incorporar los requisitos de la Directiva (UE) 2020/2184, la cual establece nuevos estándares sobre la calidad de las aguas destinadas al consumo humano.
Esta normativa introduce cambios sustanciales en la gestión del ciclo urbano del agua al priorizar aspectos como la calidad del agua, el origen de las fuentes de abastecimiento y la protección de las áreas de captación. Además, promueve un enfoque preventivo basado en la gestión de riesgos, orientado a mejorar la sostenibilidad y seguridad del suministro de agua potable.
Hallazgos principales sobre la calidad del agua potable en España
Para responder a los retos planteados por esta nueva normativa, el Observatorio del Agua de la Fundación Botín llevó a cabo un estudio que analiza en detalle la calidad del agua de consumo humano en España y los factores que condicionan su cumplimiento con los estándares establecidos.
Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Science of the Total Environment bajo el título “Addressing drivers and data gaps in Spain's non-compliance of drinking water quality standards”. El análisis emplea informes oficiales sobre la calidad del agua potable junto con técnicas de aprendizaje automático para identificar patrones y determinar las causas de los incumplimientos normativos.
Uno de los hallazgos más destacados es que, actualmente, un 47% de la población española consume agua que proviene de masas de agua que no alcanzan el “buen estado global” definido por la Directiva Marco del Agua. Aunque los datos nacionales indican que la calidad general del agua potable en España es elevada, con menos de un 1 % de las muestras incumpliendo los límites normativos, ciertos compuestos químicos, como los subproductos de la desinfección y los compuestos nitrogenados (nitrato y nitrito), presentan incumplimientos con mayor frecuencia.
El estudio también pone de manifiesto deficiencias significativas en la cobertura de los datos recopilados por el Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo (SINAC), especialmente en municipios rurales.
En 2021, el 95 % de los municipios que no reportaron datos al SINAC eran rurales, lo que evidencia una brecha informativa preocupante. Además, los municipios rurales y semi-rurales tienden a presentar mayores índices de incumplimiento en parámetros clave como compuestos nitrogenados, microbiológicos y arsénico. Entre 2018 y 2021, más del 1 % de las muestras tomadas de agua potable en estos municipios incumplieron los estándares para dichos compuestos.
Factores climáticos y antrópicos que influyen en la calidad del agua
El análisis de las condiciones que favorecen los incumplimientos entre 2016 y 2021 destaca la influencia de factores climáticos y antrópicos. Por ejemplo, los incumplimientos microbiológicos se asocian a altas precipitaciones y a la presencia de granjas industriales cercanas a las fuentes de agua potable. En cuanto a los compuestos nitrogenados, las bajas precipitaciones, temperaturas altas y la actividad agrícola intensiva en áreas de captación son factores determinantes. Por otro lado, el arsénico, generalmente de origen geológico, se ve exacerbado en situaciones de sequía.
Aunque los tratamientos de potabilización pueden mitigar los problemas de calidad en muchos casos, garantizar un suministro sostenible a largo plazo requiere prestar atención al estado de las masas de agua y reducir las actividades humanas que impactan negativamente en su calidad.
Esto resulta especialmente crítico en zonas rurales, donde los sistemas de abastecimiento de agua potable son más vulnerables a incumplimientos normativos. Por tanto, es esencial adoptar estrategias que combinen la mejora de las fuentes de agua con un monitoreo y gestión más efectivos, priorizando las áreas rurales que enfrentan mayores desafíos.
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