Lectura fácil
Juan Manuel Escudero y Reme Serrano, una pareja de Madrid, acaban de realizar uno de sus sueños: recorrer una parte del Camino de Santiago durante la noche. Durante más de 17 horas, una caminata incansablemente, con Juan Manuel, apodado 'Escu', destacando que su ceguera le otorgó una "ventaja" en comparación con el grupo.
Anualmente, la Asociación de Amigos de la Pontevedrada (Asampo) organiza esta caminata nocturna con el propósito de sensibilizar y promover la donación de órganos, tejidos y sangre.
La pareja encuentra inspiración en una caminata nocturna por la donación de órganos
En esta ocasión, cerca de 1.200 personas se inscribieron, y se emitieron 36 nuevas tarjetas de donantes de órganos. Fue este espíritu lo que inspiró a Reme a participar en esta caminata nocturna.
Después de varios intentos frustrados, primero debido a la pandemia y luego a un fallo renal que llevó a Reme a someterse a su segundo trasplante de riñón, la pareja regresa a casa con su objetivo cumplido. "Ha sido muy difícil, pero me he sentido muy apoyada por mis amigos y mi familia", admite ella.
El trasplante de riñón de Reme
Esta mujer madrileña de 60 años nació con una insuficiencia renal y recibió su primer trasplante a los 27 años. "Me ha durado hasta ahora", cuenta. "Antes se realizaban trasplantes de donantes fallecidos, pero ya no. De hecho, mi hermana María José se ofreció a donarme su riñón, aunque al principio yo no quería. Finalmente, accedí, ¡y ahora las dos estamos estupendas!"
Apenas han pasado siete meses desde la operación, y ambas han completado con éxito esta desafiante caminata. "Tanto mi hermana como yo nos sentimos muy orgullosas de haber participado. Ha sido una forma de desafiarnos a nosotras mismas", afirma Reme.
La ceguera de Escu
Escu, de 61 años, perdió gradualmente la vista debido a un glaucoma, alcanzando la ceguera total a los 28 años. Este madrileño está acostumbrado a desafíos aún más intensos, ya que como miembro del grupo de montaña de la ONCE, participa en numerosas aventuras.
"Esta prueba era especial para mí debido al fuerte componente emocional relacionado con el trasplante y la participación de mi esposa y cuñada. Todo esto lo hizo aún más significativo", expresó Escudero.
Sus desafíos compartidos
Esta pareja comparte su amor por la naturaleza y el ejercicio. Reme, además de su insuficiencia renal, tiene una discapacidad visual. "Tengo alrededor de un 10 % de visión; he ido perdiendo vista debido a una miopía magna", detalla. De hecho, se conocieron en los años 70 en el colegio de la ONCE en Sevilla.
Abordan cada desafío con seriedad y determinación. La semana pasada, relata Reme, viajaron a Pontevedra para "familiarizarse con el recorrido y completarlo en dos días, eso sí". "Fueron 17 horas de caminata con varias paradas cortas y resultó ser agotador", destaca. Recuerda un momento especialmente emotivo durante la marcha. "No nos lo esperábamos, justo cuando íbamos a salir, estaban todos allí: mi hijo, mis hermanas y mis amigos con una pancarta... Me emocioné muchísimo".
Escu está contento con la experiencia y espera repetirla el próximo año, buscando continuamente desafiarse física y emocionalmente. Reme también alienta a participar en la Pontevedrada del 2025, pero advierte sobre la dureza de la prueba. Con 17 horas de caminata nocturna y 67 kilómetros de recorrido, celebrar el nuevo riñón es todo un logro.
Añadir nuevo comentario