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Madrid, 14 mar (EFE).- Carlos Torres Vila afronta mañana su primera junta de accionistas como presidente del BBVA tras la marcha de su antecesor, Francisco González, y el inmediatamente posterior estallido del escándalo de las presuntas escuchas ordenadas por la entidad al excomisario Villarejo.
La entidad está inmersa en una investigación sobre este asunto, que aún no ha concluido, por lo que no es previsible que Torres Vila ni el consejero delegado, Onur Genç, puedan ofrecer, en sus intervenciones, ningún dato concreto, pero sí renovar su compromiso de "tolerancia cero" con este asunto.
BBVA reconoció el pasado mes de noviembre haber contratado los servicios del Grupo Cenyt, entramado societario propiedad de Villarejo, entre otros motivos, para evitar que en 2004 la constructora Sacyr se hiciera con el control del banco, cuya reputación se ha visto seriamente dañada desde que salieron a la luz estas y otras informaciones.
Y es que, con el citado encargo, BBVA habría accedido a más de 15.000 conversaciones telefónicas de altos cargos del entonces Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, además de políticos, empresarios e incluso periodistas y directivos de la entidad.
Durante la junta, que tendrá lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbao como cada año, se aprobarán, previsiblemente, los nombramientos de Carlos Torres Vila como presidente y Onur Genç como consejero delegado.
También se aprobarán las cuentas y otros informes relativos a 2018, un ejercicio en que BBVA ganó 5.324 millones de euros, un 51,3 % más que en 2017, gracias a las plusvalías obtenidas con la venta de su negocio en Chile y a pesar de la caída de la lira turca y de las dificultades en Argentina.
Los accionistas también darán autorización al reparto, el próximo 10 de abril, de un dividendo en efectivo de 0,16 euros brutos por acción, complementario al ya pagado con cargo a las cuentas del ejercicio 2018.
Y tendrán que pronunciarse sobre la política de remuneraciones de los consejeros del banco, que pretende introducir un nivel máximo de remuneración variable de hasta el 200 % del componente fijo de la remuneración total para un grupo de directivos que inciden "de manera significativa en el perfil de riesgo del grupo".
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