Guía para alcanzar las cero emisiones netas

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02/05/2020 - 08:30
ODS

Lectura fácil

La meta y el concepto cero emisiones nace con el objetivo de reducir contaminación en los procesos industriales o las emisiones de la fuente de energía no contribuyen productos de desecho, tales como los gases de efecto invernadero, que contaminan el medio ambiente o el efecto del cambio climático.

Las emisiones reales puede ser compensadas a través del reciclaje, el secuestro de carbono o de comercio ambiental.

Generalmente, cuando hablamos de la contaminación ambiental causada por el transporte, hacemos referencia a las emisiones de CO, NO, hidrocarburos y otros gases. Efectivamente y a pesar de los filtros catalizadores, los motores a combustión interna generan gases de efecto invernadero y contaminantes de nuestro medio ambiente.

La ONU estima que se podrían generar 65 millones de empleos con bajas emisiones de carbono para 2030. La Organización Internacional del Trabajo dice que se crearán 2,5 millones de empleos en electricidad basada en energías renovables, compensando unos 400.000 empleos perdidos en combustibles fósiles. Además, se pueden crear seis millones de puestos de trabajo haciendo la transición hacia lo que se conoce como una "economía circular" que incluye actividades como el reciclaje y la reparación.

Entre las alternativas para minimizar este impacto se encuentran los vehículos propulsados con combustibles alternativos y aquellos con motores eléctricos, siendo estos últimos los llamados cero emisiones. Sin embargo, ¿realmente hablamos de cero emisiones?

No se trata de destruir sino de cuidar el planeta que tenemos

Es evidente que toda la humanidad evoluciona en lo que respecta a identificación de las formas de contaminar nuestro planeta, ya no sólo se piensa en las emisiones gaseosas y en el reciclado de materiales, sino también en las otras formas de contaminación tales como el particulado y los niveles de sonoridad. Esto demuestra que estamos asumiendo el impacto que produce el accionar del hombre en el planeta.

Para que esto funcione, además de las grandes empresas, cada uno de nosotros en forma individual, debe aportar su granito de arena en el cuidado del agua, clasificación de los desperdicios, utilización consciente de productos, entre muchas otras formas de cuidar al medio ambiente.

La degradación del medio ambiente y el cambio climático de las últimas décadas representan una gran amenaza para el mundo. Para combatir este reto, a mediados de diciembre de 2019, la Comisión Europea presentó el Pacto Verde Europeo como hoja de ruta para conseguir una economía sostenible para la Unión Europea.

Es la primera vez que se presenta un plan estratégico para erradicar completamente las emisiones de CO2. La idea es lograr que Europa sea climáticamente neutra en 2050 y para conseguirlo la UE deberá recortar los gases emitidos en un 40% para el 2030.

Para impulsar el uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular se ha incorporado una hoja de ruta con una serie de acciones que la UE  propone:

  • Ser climáticamente neutra de aquí a 2050.
  • Proteger la vida humana, la fauna y la flora, reduciendo la contaminación.
  • Ayudar a las empresas a convertirse en líderes mundiales en productos y tecnologías limpios.
  • Contribuir a garantizar una transición justa e integradora.
Emisiones cero
Emisiones cero

Llegar a cero emisiones netas de carbono para 2050, ¿es posible?

En el año 2018 científicos especialistas en el clima elevaron el listón de las acciones climáticas requeridas a nivel global, definiendo una ventana de 12 años para evitar los impactos del cambio climático declarando que a nivel internacional debemos alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. 

Más de 70 países se han unido para prometer la neutralidad de sus emisiones de carbono para el año 2050 pero ¿cómo se puede lograr esto? y ¿cómo sería un mundo que dependa solo de energía renovable?.

El dióxido de carbono está en muchas cosas que nos rodean, por ejemplo, en las bebidas gaseosas. Forma parte de los compuestos presentes en los extintores, se emplea como refrigerante, sirve para formar rayos láser, y hasta se emplea como agente de contraste en exámenes médicos. Es uno de los gases más abundante en el planeta, las plantas lo necesitan para hacer fotosíntesis, está presente en el aire que exhalamos y en numerosos compuestos orgánicos. En conclusión, es indispensable para la  vida tal y como la conocemos.

La parte mala: es un gas que retiene el calor y, junto a otros, como el metano, contribuyen a formar una capa en la atmósfera que impide su salida y aumenta la temperatura de la superficie de la Tierra, causando el cambio climático.

Cada grado importa, la ciencia no miente, si los países no aumentan sus compromisos más allá del Acuerdo de París firmado en 2015, a través del aumento de una mayor dependencia de las energías renovables, a la humanidad le espera un panorama poco prometedor.

Olas de calor más intensas, sequías, huracanes más fuertes, glaciares y capas de hielo que se derriten, un inevitable aumento del nivel del mar, y toda la destrucción de ecosistemas que esto conlleva, serán solo algunas de las consecuencias de no actuar a tiempo.

Las Naciones Unidas sostienen que desde la Cumbre sobre la Acción Climática convocada por el Secretario General, António Guterres, 77 países y más de 100 ciudades se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero para 2050.

“Eso quiere decir que los esfuerzos globales que se están haciendo en términos de reducción de emisiones deben conducir a que las emisiones de CO2 que se generan por la quema de combustibles y otras actividades sean reducidas lo máximo que se pueda, y que cualquier emisión residuo que quede sea compensado por medio de, por ejemplo, la siembra de bosques, o la captura de carbono y su almacenamiento, que son tecnologías nuevas”, explica Claudio Forner, experto de la secretaría la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

¿Qué podemos hacer para alcanzar la neutralidad en carbono?

La creciente presión que recae sobre las empresas ha hecho del término "cero emisiones" la nueva palabra de moda en el ámbito de la sostenibilidad. Pero, ¿cómo pueden evaluar y planificar un futuro de neutralidad climática?

  • Lo primero que debemos hacer es entender la Neutralidad de Carbono.
  • Acto seguido, analizaremos nuestro entorno.
  • Si tenemos una empresa podemos desarrollar una estrategia hacia cero emisiones.
  • Estableceremos nuevos objetivos.
  • Reduciremos emisiones.
  • Y finalmente alcanzaremos la neutralidad. 

La Fundación Aquae nos deja una lista de 10 consejos para reducir las emisiones de CO2.

1. Ser conscientes del impacto de las emisiones de CO2
2. Reducir el uso del coche privado
3. Practicar una movilidad sostenible
4. Aumentar nuestra eficiencia energética
5. Consumir energía renovable
6. Seguir una dieta con baja huella de carbono. Los alimentos son responsables de, al menos, el 20% de los gases de efecto invernadero. Para ello, hay que evitar los productos que necesitan más energía o recursos naturales, se transportan desde lejos o requieren de un complejo envasado.
7. Convertirse en un consumidor sostenible. Los consumidores sostenibles ahorran dinero y son respetuosos con el medio ambiente y, por ello, también son importantes en la lucha contra el cambio climático. Una regla sencilla para convertirse en uno de ellos es asumir las tres erres: usar la menor cantidad posible de productos (reducción) y aprovecharlos más de una vez (reutilización) antes de depositarlos en el contenedor adecuado (reciclaje).
8. Plantar árboles
9. Apostar por productos de kilómetro cero
10. Reclamar más implicación institucional en la lucha contra el cambio climático

Fundación Aquae

Repsol ajusta sus resultados para ser compañía cero emisiones netas en 2050

Un gran ejemplo de empresa que lucha por lograr el concepto cero emisiones es Repsol.

Repsol está orientando su estrategia para ser una compañía con cero emisiones netas en 2050, siendo la primera de su sector en fijar esta ambiciosa meta.

La compañía ha asumido unos nuevos escenarios de precios del crudo y el gas consistentes con los objetivos climáticos del Acuerdo de París, lo que ha supuesto un ajuste de 4.849 millones de euros en el valor contable de los activos del Grupo.

La sólida generación de caja permite a Repsol avanzar en su compromiso activo contra el cambio climático y, al mismo tiempo, mantener la política retributiva, una de las más atractivas del Ibex y de su sector.

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