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Solo el 3 % de quienes eligen Formación Profesional en ‘Stem' (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, en sus siglas en inglés) son mujeres con anhelo de convertirse en científicas. El porcentaje sube levemente hasta el 8 % de quienes prefieren grados universitarios en esas ramas, según un estudio de la Cátedra Mujer STEM de la Universidad Pontificia Comillas.
La sostenibilidad anima a más mujeres a optar por carreras científicas
El estudio de la Cátedra, en la que participan la Fundación Iberdrola y EMT, apunta a que las profesiones Stem para las mujeres crecerán un 14 % en los próximos años en sectores como la movilidad y la sostenibilidad, y proporcionarán trabajos estables con buenas perspectivas salariales y profesionales.
La sostenibilidad es el camino por el que apuestan cada vez más empresas, gobiernos e instituciones en aras de luchar contra el cambio climático. Alcanzar una economía circular y eficiente es vital para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, así como reducir los residuos que dañan el medio ambiente y peligran la salud de la biosfera. Para ello, además de unas políticas pertinentes, es preciso también desarrollar capital económico y humano que investigue en energías renovables como el hidrógeno verde, una de las más sostenibles por su ínfimo impacto en cuanto a emisiones a la atmósfera pero que requiere aún de investigación y desarrollo. Ante el escaso porcentaje de mujeres que estudian carreras científicas, tienen en la sostenibilidad una oportunidad para formarse y ayudar a parar el calentamiento global. Asimismo, la carrera de Matemáticas es sumamente demandada para puestos de analistas de datos.
El informe ‘Estudios Stem en España y participación de la mujer. La Formación Profesional Stem, una oportunidad de futuro’ pone de relieve de hecho la necesidad de atraer talento femenino a las carreras científicas para reducir la actual brecha y equilibrar la tasa de empleo, más baja entre las mujeres.
Determinadas familias profesionales de FP científicas y tecnológicas son elegidas por pocos jóvenes, en general, y el mercado laboral después no encuentra profesionales para cubrir ciertas necesidades. Otra de las situaciones reflejadas en el informe es el abandono de los estudiantes al término de un grado medio de FP, en lugar de seguir formándose y especializándose.
La ciencia y el sesgo de género
Algunas de las causas que se esgrimen para explicar esta situación son la desinformación en el seno de las familias, el sesgo de género, la sensibilidad del profesorado y de los orientadores, así como los estereotipos, entre otras. Las barreras de género pueden explicarse, en parte, a las que ha sufrido la mujer para que su papel en la Ciencia u otros ámbitos sea reconocido a lo largo de la historia. Es lo que se conoce como Efecto Matilda, un término que denuncia y describe la situación por la cual los estereotipos y los efectos sociales de la maternidad han llevado en multitud de ocasiones a invisibilizar o a silenciar a las mujeres científicas en pos de los hombres, como le sucedió por ejemplo a la primera mujer de Albert Einstein, Mileva Marić. También en cuanto al número de referencias a la mujer científica en investigaciones.
"Aunque los estudiantes apenas se decantan por estudios Stem, la empleabilidad, en todos los niveles formativos, es superior para quienes estudian Formación profesional y grados universitarios Stem”, apunta Yolanda González Arechavala, directora de la cátedra, en declaraciones recogidas por Servimedia. La responsable apunta además que los sueldos en estas profesiones son más altos que otros.
Ante esto, la nueva Ley de Educación (Ley Lomloe o Ley Celaa) introduce una mayor sensibilización de los estudios científicos desde las primeras etapas educativas, con el fin de fomentarla y de poner en valor el papel de la mujeres científicas.
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