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El largometraje de Código Marcos se nos presenta para darnos una dosis de realidad de una familia con un hijo con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Una obra dirigida por Liena Cid y Patricia Pérez que surge de la imperante necesidad de contar una historia real, con grises, negros y blancos de esta maternidad atípica.
La idea se coció en 2016, cuando Liena Cid decidió aumentar su formación con un posgrado en autismo, creando un taller de cine infantil, donde su hijo mayor participaba y donde comenzó a observar la realidad de su vida: una madre divorciada con un hijo con TEA.
A su lado, Patricia Pérez, como codirectora de la película, que ayudo a Liena a captar la esencia de este relato tan profundo y conmovedor.
Código Marcos, un largometraje que cuenta la realidad sin maquillaje
Con estas dos profesionales al frente, Código Marcos surgió para mostrar esos momentos amargos, oscuros, pero también aquellos logros de superación y felicidad que las familias de estos niños también viven.
Se trata de un largometraje que busca no solo concienciar a la sociedad sobre esta condición, sino de exponer que aunque sean situaciones atípicas en la vida de uno, lo que acontece en esas vidas es totalmente similar a lo que vivimos los demás.
Pero el mensaje central es claro, dejar de lado las ideas preconcebidas y cruzar el umbral de la puerta hacia el cambio, algo que la sociedad necesita no solo con el autismo, sino con muchos temas y situaciones.
Código Marcos se rodaba con una cámara que recogía momentos cotidianos, ago que supuso grandes desafíos para la producción, que contó con la ayuda de familiares y amigos de Liena.
El montaje fue algo bastante complejo, porque no se sabía si iban a poder visualizar todo el material, pero finalmente se pudieron volcar momentos clave para el espectador.
En el largometraje no solo sale el protagonista que da título a esta historia, sino su hermano mayor, Pablo, un joven que nos muestra como la comprensión y la empatía entre los más pequeños nos hace creer en la bondad y la pureza del ser humano.
El hermano mayor solo pide que su hermano Marcos sea feliz, y el mismo reconoce como su compañero de vida es una persona que le enseña muchas cosas en el día a día.
Asimismo, Código Marcos nos deja ver a través de lo cotidiano los pequeños pero grandes logros de nuestro protagonista principal, esa forma de adquirir conocimientos que suelen pasar desapercibidos pero que nos demuestra como es importante detenernos en el día a día para celebrar cada logro, independientemente de si nuestros hijos tienen neurodiversidad o no, pero que se torna de gran importancia en las madres que conviven con TEA.
Una película que espera llegar muy lejos para compartir concienciación y respeto
De esta forma, el largometraje nos abre la puerta a una mirada hacia la neurodiversidad desde una perspectiva humana, dejando de lado estigmas y prejuicios.
Todo el equipo de Código Marcos tiene la esperanza de que esta obra pueda llegar a festivales de cine independiente y se use como una herramienta educativa en colegios y asociaciones, así como poder formar parte de los Premios Goya y el reconocimiento que estos dan.
El amor todo lo puede, nos llena de resistencia y esperanza, y Código Marcos llegó para reflejar lo que tantas familias con TEA viven día a día, para crear conciencia y que los demás seamos también conscientes de estas situaciones que son tan reales como nosotros.
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