Colonia Tovar, el enclave alemán de Venezuela que resiste a la escasez y la inseguridad

He de decir que no sabía de su existencia pero la historia de Colonia Tovar me ha sorprendido para bien. Un lugar lleno de secretos donde sus habitantes viven sembrando, habitando una luz diferente, escuchando el canto de los pájaros, viendo crecer las flores, y en definitiva, viviendo a diario, la naturaleza en su plenitud porque la agricultura es su actividad principal para subsistir.

Cómo es la vida en la Colonia Tovar

Colonia Tovar, ubicada en el estado Aragua (Venezuela), tiene un clima de bajas temperaturas, con neblina y aspecto rudimentario y colonial en sus construcciones, una pieza importante en la huella que dejará este lugar en los turistas.

En el año 1842, un grupo de ochenta familias alemanas viajó a la zona montañosa de ese estado debido a la guerra que sufrían en su país. Los extranjeros decidieron alojarse en el sector y, comenzar a construir una vida diferente. Se dieron cuenta de que Tovar era una montaña privilegiada, una montaña que con el pasar de los años iba a convertirse en patrimonio cultural de la humanidad.

Sí, has leído bien; la Colonia Tovar es alemana

Al no conocer de su existencia, ninguno de los redactores de este periódico ha viajado a Colonia Tovar. Sin embargo, nos hemos empapado de información y casi todos los blogs de viajes y turismo indican que paseando por sus calles, han disfrutado de cervecerías de estilo bávaro y restaurantes que sirven una amplia variedad de salchichas con repollo agrio, o contemplado su iglesia principal, dedicada a un santo católico que murió mucho antes de que los europeos tuvieran noticia de la existencia de América. Entonces, cuesta imaginar que el Caribe queda a poco más de 30 kilómetros.

También el blanco caserío con gruesas vigas de madera que salpica su verde y montañoso paisaje recuerda más a la Selva Negra alemana o a los Alpes italianos que a nada que uno pudiera asociar a la tropical Venezuela.

Es un ambiente provechoso para la agricultura

Aquellas familias alemanas de hace 179 años jamás se imaginaron el potencial de productividad que tenía la Colonia Tovar. Hoy en día, el 80 % de las frutas, vegetales y hortalizas que se cosechan en esas montañas cubren el mercado venezolano. Por cada sendero hay una siembre de fresas, melocotones, zanahorias, brócoli y diferentes rubros alimenticios que sea la época que sea del año, siempre habrá cosecha.

El clima favorece en plenitud a la comunidad, ya que los alemanes se convirtieron en un grupo de productores en casi su totalidad, explotando sus capacidades para elevar a la cúspide de importación alimentaria.

Con el tiempo, colonos y autóctonos fueron emparejándose, dando lugar a un excepcional mestizaje germano-venezolano que perdura en la actualidad.

Su estampa habitual es muy distinta de las colas, protestas o mercados desabastecidos que suelen proyectar los informativos internacionales cuando hablan de Venezuela

¿Y qué hay de los apagones, la otra lacra que ha hecho insoportable el día a día de muchos venezolanos? La Colonia Tovar también tiene suerte en esto. Al ubicarse en la misma línea que da servicio a Caracas, cuyo suministro prioriza el gobierno, los cortes de electricidad son muy raros aquí.

Y sin embargo, los colonieros no son totalmente inmunes a la crisis.

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