Sacar tus emociones leyendo

La lectura está relacionada con el ocio creativo y también como una de las actividades más interesantes para el aprendizaje autodidacta. Pero lo que pocas personas saben es que también puede ser una de las formas más efectivas de sacar las emociones, expresarlas, reconocerlas o hasta controlarlas.

Porque cuando se habla de emociones no necesariamente se tienen que posicionar a un lado del espectro, desde las positivas como la alegría o la diversión, hasta otras más negativas como el miedo, la ansiedad o la tristeza. Todas las emociones y la lectura tienen una historia que vale la pena conocer para saber cómo proceder.

Las emociones y las actividades de enfoque

Suelen decir los profesionales de la psicología que la forma correcta de lidiar con las emociones es orientarlas o enfocarlas hacia algo productivo. No suele ser así para muchas personas, pero no por una incapacidad propia, sino porque se desconocen los métodos para llegar a tal nivel de enfoque que las emociones terminen trabajando a favor de las personas.

No en vano se suelen asociar las emociones con las actividades de enfoque -sobre todo las creativas-, donde la dirección emocional puede lograr resultados transformadores, de manera que la lectura no se obvia en esta generalización y siempre vale la mención específica de sus ventajas.

La lectura puede ser la mejor aliada de las emociones

Conocer el cuerpo y la mente es la mejor forma de ponerlos a trabajar siempre a favor, y nunca dejarse gobernar por sus fuerzas naturales, donde las emociones tienen importante relevancia.

Expresar las emociones es difícil. No pocas personas se las suprimen o les dan largas en lugar de sacarlas. De hecho, muchas investigaciones relacionadas con estas situaciones afirman que algunas patologías pudieran estar relacionadas con la incapacidad para expresar las emociones. Y como se decía antes, muchas emociones se suprimen o no se expresan no por incapacidad o voluntad manifiesta, sino por desconocimiento de estas emociones, tanto para no detectar sus síntomas y mucho menos para saber cómo proceder cuando se presentan.

La lectura brinda, en este caso, conocimientos al respecto. No es una cuestión aislada que el género más importante para sacar las emociones leyendo se denomina “autoayuda”, porque en esencia lo que permite es que las propias personas -los lectores- puedan reconocer sus emociones, establecer una relación positiva en torno a ellas, puedan expresarlas o sacarlas, y por supuesto, puedan darle un uso y un enfoque directo de acuerdo a los resultados pretendidos.

No menos importante es el hecho de que la lectura brinda argumentos para saber, incluso, crear formas y sensaciones específicas asociadas a las emociones que le dan contexto, incluso cuando las emociones no se sienten en primera instancia. Es una manera de entender por qué algunas personas cuentan siempre con emociones positivas, incluso en las situaciones más adversas. La respuesta pudiera estar en que conocen de forma profunda sus pensamientos, las frases que les orientan en la vida y los síntomas que se asocian a sus emociones, y pueden crearlas antes de que realmente aparezcan, por lo que tienen un control sobre su mente y su cuerpo muy superior al de la mayoría de las personas.

Entrenamiento. Prueba y error. Paciencia. Y mucho conocimiento. Las fases detrás de la lectura y de cómo puede ayudar a controlar las emociones, reconocerlas y expresarlas no admiten atajos. Pero los resultados son tan transformadores que pueden hacer que todo esfuerzo haya valido la pena.

Y si bien la lectura es una de las actividades terapéuticas más interesantes que pueden cultivarse, siendo además un hábito saludable de cara al futuro, si se complementa con otras actividades asociadas a las emociones como la escritura -llevar un diario puede ser lo mejor que se pueda asociar en este sentido- o crear un ambiente musical determinado en torno a la lectura y a las emociones, para ser efusivos en su expresión, abarcando sus beneficios y sus consecuencias, brindará una sensación de libertad inigualable.

Fuente: https://frasespensamientos.com/