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La meditación ha llegado a nuestra vida para quedarse, por suerte ya se están superando bastante ciertos tabús que había sobre ella, y que parecía que solo podía practicarla ciertos perfiles un poco hippies o esotéricos.
La meditación, un mundo influyente en el público
Ahora mismo podemos ver que practican la meditación muchas personas, y que van desde deportistas de élite, directivos, actores y actrices, y personas influyentes, pero también muchas personas con un día a día más cotidiano como podemos ser cualquiera de nosotros.
La mayoría de las personas acuden a la meditación por algún tipo de circunstancia en su vida que les ha sacado de su zona de confort, o por algo con lo que no se encuentran especialmente cómodos, y acuden a esta actividad buscando la solución.
Realmente esta es una forma de empezar, porque una vez que lo practicas de forma rutinaria, ves que te ayuda y te aporta en todos los aspectos de tu vida, familiar, laboral, sentimental y creativa.
Pero el verdadero beneficio de este ejercicio no es simplemente en el tiempo de quietud que nos aporta los minutos que nos dedicamos a ella, sino que los beneficios los tenemos que notar en el día a día, donde seamos capaces de ver el mundo desde una realidad más neutral, con más aceptación, gratitud, y donde las emociones externas seamos capaces de asimilarlas de la mejor manera posible para mantener un estado de equilibrio saludable.
Lo más complicado es comenzar con ello, porque la gente suele considerar que es una actividad pasiva en la que te sientas y nada más, esperamos que pasen cosas, y la realidad es otra.
Hay que empezar con que la meditación es un proceso activo, por parte de la persona que la va a realizar y que requiere disciplina, constancia y rigor.
Un calendario con rutinas y tiempos
La mejor aplicación para empezar a meditar es ponernos en el calendario una alarma todos los días a la misma hora para que ese sea el tiempo que dedicamos a estar unos minutos realizando una contemplación activa. Unos minutos pueden ser desde 5 hasta lo que queramos, pero menos de 5 minutos o 7 no tiene mucho sentido, hay que ser capaz de estar 7 minutos, sin que la cabeza se te desmorone por que piensas que estás perdiendo el tiempo.
La contemplación activa supone simplemente que en estos minutos, puede ser mientras tomemos un café, una infusión o un vaso de agua, vamos a contemplar lo que nos rodea, con el ejercicio de no juzgar nada de lo que veamos, para posteriormente los pensamientos que no se vayan aterrizando, que tampoco los juzguemos, y de esta forma empezar a crear una realidad más neutra.
Facilita mucho que nos fijemos en el ritmo de la respiración, y que sintamos como el aire entra y sale por nuestros orificios nasales, de esta forma relajamos nuestro sistema nervioso y vamos hacia la tranquilidad o la quietud, que es lo opuesto a la ansiedad o intranquilidad.
Profundizar en ti mismo
Dedicar unos minutos a nosotros todos los días, puede parecer algo normal y sencillo, pero la gente, en la mayoría de los casos, es incapaz de repetirlo, y menos de crear una rutina sobre ello.
Estos primeros pasos se realizan con el objetivo de abrir una ventana de tiempo que te dedique a ti mismo, y que seas capaz de ir ampliando y profundizando. Tras años de experiencia, es con esta contemplación activa inicial que he visto que resulta más sencilla para que los no practicantes puedan dar los pasos sobre ella, ya que es muy difícil tratar de empezar a meditar de forma directa.
La meditación se lleva practicando desde hace más de 3000 años, pero no podemos pretender hacerla o iniciarla de la misma forma cuando la vida actualmente no tiene mucho que ver con aquella vida de hace 3000 años.
Ya tienes tarea para los próximos días, y si lo realizas, bienvenido a este fascinante mundo de la meditación.
[Puedes leer más artículos de Luis Pablo aquí]
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La vida, el deporte y el trabajo, desde otro punto de vista.
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