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Cada vez son más los estudios que reconocen los beneficios del CBD (aceite de cannabiol) o el cánnabis para distintos usos que van desde el cosmético hasta el tratamiento de dolores crónicos provocados por otras enfermedades, como el cáncer. Desde que cultivar marihuana para el consumo privado ha dejado de ser ilegal, muchos son los que se suman a esta nueva tendencia, para poder tener su propia planta en casa y disfrutarla.
Sin embargo, si has pensado en cultivar marihuana en casa o en interiores, es necesario que tomes en cuenta algunas recomendaciones para que tu planta pueda crecer sana, con unas flores perfectas y unos cogollos aún mejores. Por eso, te traemos 5 consejos para que tu cultivo 'indoor' sea un auténtico éxito.
5 consejos para cultivar marihuana en interiores
1 . Elige las semillas adecuadas
Una de las principales claves para empezar a cultivar marihuana, es el elegir adecuadamente las semillas que quieres hacer que germinen. Ya no solo el decidir si prefieres las sativas, más fuertes y cerebrales, que tienen efectos sobre todo en la motivación y en la subida de ánimo, o si tienes más hacia las índicas con un efecto más relajante o las variedades medicinales ricas en CBD.
También es importante porque según el tipo de planta, su crecimiento será más adecuado para interior o exterior. En este caso, lo preferible es hacerse con semillas de las variedad auto florecientes, que den plantas más pequeñas y mejor adaptadas a los interiores. Growlobby tienes una gran variedad de semillas entre las que escoger.
2 . Los utensilios adecuados hacen la mitad del trabajo
Así como elegir la semilla, es igual de importante elegir los instrumentos que vas a utilizar para cultivar marihuana. Las plantas de cánnabis suelen ser sensibles y requieres de varios cuidados, sobre todo si se van a sembrar fuera de su entorno, como tu piso en Madrid o en tu casa del pueblo en Cuenca. Es necesario recrear el ambiente adecuado con fertilizantes de calidad, luces adecuadas, sobre todo las luces, entre las que te recomendamos las lámparas CFL, las luces HID o las LED.
Además, es más que necesario utilizar equipos de protección básicos como gafas o guantes, así como herramientas habituales para la poda o la siembra. También es importante contar con medidores de humedad y temperatura, a continuación te explicamos porqué. Si no quieres dejarte mucho dinero, puedes echar un vistazo a las 'outlet grow' que te dejamos aquí.
3 . Genera el clima perfecto
Ya hemos dicho que las plantas de cánnabis requieren de cuidados especiales así como de un entorno adecuado. Por eso mismo, para cultivar tu planta de marihuana en interior tendrás que tener muy presente la temperatura y la humedad del ambiente que vas a crear para ella. Estas deben ser optimas si quieres obtener una cosecha sana.
Sin embargo, este clima optimo, va a depender de la etapa de crecimiento en el que se encuentre tu planta, por ejemplo, si aun es una semilla, lo ideal es que la humedad esté en torno al 65 - 70 % y la temperatura oscile entre los 20-25Cº con las luces encendidas y los 4-5 Cº con las luces apagadas. Y no te preocupes, existen herramientas adecuadas para controlar todos estos valores.
4 . Elige la temporada adecuada para la cosecha
Cultivar marihuana no dista mucho de cultivar tomates o albahaca. Como toda planta, tiene su propio ciclo de crecimiento y floración, y como todo 'fruto' los cogollos tienen momentos mejores que otros en los que ser cosechados. Por eso es importante no hacerlo ni demasiado pronto, para que puedan alcanzar su 'madurez máxima', ni demasiado tarde, ya que esa potencia que esperabas, puede empezar a degradarse al pasar cierto punto.
Entonces, ¿Cómo darme cuenta del momento adecuado? te lo dirán las hojas. Si estas están muy verdes, aún es pronto, pero si los pistilos (los pelitos del cogollo) empiezan a ponerse naranjas o marrones, será el momento idóneo.
5 . Secar y curar el cánnabis
Una vez has terminado de cultivar marihuana y has cosechado los 'frutos', es momento de secarlos y curarlos para poder consumirlos. Esto ayudará a que desarrollen plenamente su potencia y aroma. Lo más adecuado para secarlos es colgarlos en una habitación oscura con buena ventilación y una humedad adecuada, en torno al 45-55 %. El secado debe ser lento, al rededor de unos 7 a 12 días. Una vez estén secos, será momento de 'curarlos' y lo haremos poniéndolos en un bote de cristal que iremos ventilando todos los días hasta unas 8 semanas.
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