Consulta lingüística en la Comunidad Valenciana: ¿Qué idioma predominará en la enseñanza de la autonomía?

La consulta lingüística que determinará el idioma predominante en la enseñanza de los escolares de la Comunidad Valenciana ha despertado tanto interés como controversia.

Entre el 25 de febrero y el 4 de marzo, más de 230.000 familias tendrán la oportunidad de decidir si prefieren que sus hijos reciban la mayoría de sus clases en castellano o en valenciano. Sin embargo, no todos los padres podrán ejercer este derecho en igualdad de condiciones.

Familias excluidas del proceso de consulta lingüística para las aulas valencianas

Uno de los aspectos más cuestionados de esta consulta lingüística es la exclusión de las familias cuyos hijos presentan discapacidad o necesidades educativas especiales y que están escolarizados en centros de educación especial o en unidades específicas dentro de colegios ordinarios (aulas UECO).

En estos casos, serán los representantes legales de los menores quienes comuniquen directamente a los centros la lengua en la que desean que sean educados, sin participar en la votación general. Así lo ha confirmado la Conselleria de Educación.

Por el contrario, las familias de estudiantes con necesidades especiales que se encuentran integrados en aulas ordinarias, como aquellos con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o autismo, sí podrán participar en la consulta lingüística. Esta distinción ha generado confusión entre muchos progenitores, quienes aún desconocen si tienen derecho a votar o no.

A esta incertidumbre se suma la preocupación por la futura distribución del alumnado con necesidades especiales dentro de las aulas. La asignación de los estudiantes para el próximo curso dependerá, en primer lugar, del número de familias que elijan el castellano o el valenciano como lengua base. Esto supone un cambio significativo en los criterios de organización de los grupos, priorizando la cuestión lingüística sobre los aspectos pedagógicos y sobre la opinión de los orientadores y docentes. Así lo señala Isabel Moreno, presidenta de la Asociación de Directores de Infantil y Primaria del País Valencià (Adep-PV), quien advierte de las dificultades que este modelo puede generar en los centros educativos. "No podremos agrupar a los alumnos según criterios pedagógicos, lo que dificultará una distribución equitativa", sostiene.

El reglamento establece que cada aula podrá contar con un máximo de dos alumnos con necesidades educativas especiales. No obstante, el profesorado teme que esta norma sea difícil de cumplir si la mayoría de las familias elige la misma lengua, pues podría haber grupos en los que no se respete el equilibrio previsto.

Consecuencias y opiniones de la comunidad educativa

Ante estas inquietudes por la consulta lingüística que se va a realizar, la Conselleria de Educación ha asegurado que los centros ordinarios podrán realizar adaptaciones lingüísticas para el alumnado con necesidades educativas especiales. Además, ha recordado que, a partir de Tercero de Primaria, en las zonas valencianoparlantes la diferencia entre la cantidad de materias impartidas en cada lengua no superará el 20 %, lo que permitirá a los centros reagrupar a los estudiantes de acuerdo con criterios pedagógicos para garantizar una distribución más equitativa.

El Consell justifica la exclusión de ciertos progenitores en la consulta lingüística basándose en la Ley de Libertad Educativa, la cual garantiza que los alumnos de centros de educación especial o de unidades específicas puedan estudiar en su lengua materna, ya sea castellano o valenciano. En estos casos, la introducción de la otra lengua cooficial y del inglés se hará progresivamente y solo en la medida en que sea viable para cada estudiante.

Mientras la consulta lingüística avanza, el debate sigue abierto en la comunidad educativa, con opiniones divididas sobre el impacto que esta decisión tendrá en el futuro académico de los alumnos con necesidades especiales.