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La incorporación del inglés en las aulas de educación especial en España representa un reto significativo, pero también una oportunidad valiosa. Para los estudiantes con diversas capacidades y necesidades, el aprendizaje de un segundo idioma puede brindar beneficios tanto cognitivos como sociales. A pesar de que este proceso puede resultar más complejo, la exposición al inglés favorece el desarrollo del lenguaje, la comunicación y las relaciones interpersonales, contribuyendo así al desarrollo integral de estos niños.
Incluir el inglés en la educación especial es esencial para establecer un entorno inclusivo y diverso, donde todos los estudiantes tengan acceso a las herramientas necesarias para enfrentarse a un mundo cada vez más interconectado. Esta iniciativa no solo amplía las oportunidades educativas, sino que también promueve la inclusión y la aceptación, empoderando a los niños con necesidades especiales para participar plenamente en la sociedad y construir una comunidad más inclusiva.
Un claro ejemplo de esta labor es El Cole de Celia y Pepe, que ha estado implementando este modelo en sus aulas durante años, convirtiéndose en un referente dentro de la comunidad educativa.
Métodos y enfoques para enseñar inglés a estudiantes con discapacidad
En 20minutos hablan sobre el proyecto con Benjamin Pitters, responsable del departamento de inglés de El Cole de Celia y Pepe. Desde el curso 2018/2019, ha acumulado seis años de experiencia en este ámbito.
Comenzaron con un grupo pequeño de estudiantes, lo que les permitió desarrollar estrategias personalizadas desde el principio. A pesar de los retos iniciales, la respuesta tanto de las familias como de los alumnos fue muy positiva, lo que les motivó a continuar y expandir el programa con un enfoque inclusivo.
Para enseñar inglés a alumnos con discapacidad intelectual, es fundamental aplicar métodos pedagógicos adaptados. Benjamin utiliza instrucción explícita, presentando claramente los objetivos y pasos a seguir. Complementa esto con técnicas multisensoriales, que integran los sentidos de la vista, el oído y el tacto. La repetición y la diferenciación son claves para reforzar el aprendizaje, y conocer las motivaciones de cada alumno es esencial para crear un ambiente de confianza. Además, tener un entendimiento profundo de las diferencias entre el inglés y el español ayuda a adaptar aspectos como la fonética y la gramática.
Evaluación y participación familiar en el aprendizaje del inglés
El progreso de los estudiantes se evalúa teniendo en cuenta sus necesidades y ritmos de aprendizaje. La evaluación se ajusta a cada alumno, considerando no solo los resultados académicos, sino también su avance personal y comunicativo. Utilizan evaluaciones formativas continuas, observando habilidades como la comprensión auditiva y la expresión oral.
Las familias desempeñan un papel crucial en el aprendizaje del inglés para niños con discapacidad intelectual. Se les anima a integrar el idioma en la vida diaria de manera natural, utilizando recursos como películas o música en inglés, para que los niños asocien el idioma con experiencias positivas y no como una carga escolar. Esto ayuda a crear un ambiente que favorece el aprendizaje del idioma de forma fluida.
Benjamin también aconseja a otros docentes interesados en especializarse en la enseñanza de idiomas a estudiantes con necesidades educativas especiales a familiarizarse con el idioma materno de sus alumnos y el nuevo idioma. Comprender las similitudes y diferencias es clave para anticipar dificultades. Incorporar pasiones como la música y ser pacientes con los avances de cada alumno son fundamentales para el éxito en este campo educativo.
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