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La contaminación cayó abruptamente durante el confinamiento por la pandemia del coronavirus. Este suceso ha sido histórico, pero se ha debido al parón de la actividad económica del mundo.
Los niveles de dióxido de nitrógeno se desplomaron en España cuando comenzó la declaración del estado de alarma el 14 de marzo y el confinamiento posterior.
La concentración de este gas contaminante bajo más de un 50% en las estaciones de medición urbana del país. Esto ocurrió durante las primeras semanas de la cuarentena, y más en las ciudades, pues el gas sale de los tubos de escape de los coches.
La contaminación vuelve tras el avance en las fases de la desescalada
Pero la vuelta a la nueva normalidad hace que el tráfico vaya aumentando de forma paulatina, lo que provoca un repunte de la aparición de ese gas contaminante.
La Agencia Europea del Medio Ambiente estima que la polución del aire causa 400.000 muertes prematuras en Europa cada año.
Desde que comenzó la crisis del coronavirus recopila y difunde la evolución semanal de los niveles de varios contaminantes que proceden de unas 3.000 estaciones de control de los miembros de la UE.
Con esta actividad se consigue comprobar de manera correcta la ruta que ha seguido la contaminación del aire. En el dióxido de nitrógeno es donde se aprecia mejor el rastro.
Este gas es un compuesto nocivo para el hombre y que causa dolencias respiratorias, al sistema circulatorio e inmunitario.
Que se aprecie en este tipo de gas contaminante es porque está vinculado al tráfico de las ciudades, pero, igual que el resto de compuestos, influye en su concentración las condiciones meteorológicas.
En las cuatro primeras semanas de aislamiento, los niveles de este gas registraron una bajada muy notoria.
De la semana del 6 al 12 de abril se registró el mínimo de contaminación. Y es que la concentración media del dióxido de nitrógenos en 15 ciudades bajo hasta un 65%.
Los niveles permanecieron estancados, hasta que comenzó a notificarse el repunte a partir de la semana del 11 al 17 de mayo.
La buena noticia, en parte, es que a pesar del aumento que se registró el mes pasado, los niveles de contaminación permanecen por debajo de lo normal, lejos de lo registrado antes del confinamiento.
A pesar del repunte, los niveles aún se mantienen por debajo de lo normal
Durante la primera semana de junio, los registros apuntan que la media de concentración de dióxido de nitrógeno en las estaciones de las 15 principales urbes ha sido de 14,4 miligramos por metro cúbico.
Estos datos reflejan que sigue siendo un 31,2% menos que la media registrada en los últimos cuatro años del mismo periodo.
Desde Greenpeace señalan que, aunque el país comenzó la desescalada el 25 de mayo, los centros educativos permanecen cerrados y sigue predominando el teletrabajo, por lo que los desplazamientos se ven frenados.
Pero lo que ahora preocupa es el miedo de la sociedad a coger el transporte público y contagiarse. Desde la asociación ecologista piden que se tomen medidas estructurales para luchar contra los principales emisores de contaminación.
De no ser así, la contaminación volverá a subir de manera más abrupta aún, y las consecuencias podrían ser mucho peores.
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