Lectura fácil
La contaminación de las ciudades se ha reducido mucho a causa del confinamiento. Desde que se decretase el estado de alarma por la pandemia del coronavirus, el tráfico se ha visto reducido en un 70% en todo el territorio español.
Está claro que nos encontramos ante una situación excepcional en la que, desgraciadamente, miles de personas han perdido la vida, y otras decenas de miles se encuentran sufriendo las consecuencias devastadoras de la pandemia.
No podemos olvidarnos, y más ahora que va a concluir el estado de alarma, de todas aquellas personas que han estado en primera línea del frente, trabajando sin descanso, velando por el bienestar de toda la sociedad.
Ahora más que nunca, debemos unir fuerzas y demostrar nuestra responsabilidad en la nueva normalidad, para construir un país justo y sano para todos lo que han luchado por nosotros y para las generaciones futuras.
La contaminación en la ciudades es un problema que causa numerosas muertes al año en todo el mundo
Es desoladora la situación que estamos viviendo. Pero eso no debemos olvidar la contaminación que rodea a nuestras ciudades desde hace años.
Muchas industrias y muchos productos de los que consumimos generan contaminación, y tal como afirman desde Greenpeace, lo hacen de manera directa o indirecta, dando lugar a la degradación del medio ambiente.
Dichas sustancias contaminantes las encontramos en el aire que respiramos, en la comida, la ropa o los cosméticos. Desde Greenpeace apuntan que el contaminante plástico ha inundado nuestras vidas, incluso ha aumentado durante la pandemia.
La ONG medioambiental afirma que hay una estrecha relación entre el actual modelo económico y de producción con los impactos sobre salud y el medio ambiente.
Hemos convivido cada día con la contaminación atmosférica producida por el tráfico y las emisiones de las industrias. Además, cabe destacar que dicha polución es la causante de numerosas muertes prematuras y del desarrollo de las enfermedades respiratorias.
Desde Greenpeace son conscientes del impacto que tiene la contaminación de las ciudades, por ello han monitoreado el descenso del NO2 en ciudades cómo Madrid, Barcelona y Sevilla.
La ONG explica que las sustancias tóxicas que se generan cada día en las ciudades se disipan por la atmósfera en función de las condiciones meteorológicas. Por el viento de manera horizontal o de manera vertical por los movimientos de aire entre la capas de la atmósfera.
Cuando se decretó el estado de alarma, vivimos una inestabilidad meteorológica por la DANA, que a su vez, ayudo a disipar la contaminación de las ciudades.
Cómo el tráfico y la industria fueron cesando sus actividades, la contaminación no volvió a registrar acumulaciones en los gráficos, por lo que se obtuvieron niveles muy positivos en marzo.
Hay que seguir trabajando para no volver a los niveles anteriores al confinamiento
Desde Greenpeace insisten en que lo prioritario e indiscutible es luchar contra la pandemia, que además, ha afectado y afecta a la población más vulnerable.
Pero, también nos piden sacar de esta situación tan desoladora una lección: "nunca deberíamos vacilar a la hora de tomar medidas contundentes siempre que se ponga en riesgo la salud de las personas" apuntan desde la ONG.
Por ello, instan a las administraciones a que, tras el cese del estado de alarma, analicen las consecuencias derivadas de unas circunstancias excepcionales, como es la mejora de calidad del aire.
Así, la contaminación elevada de las ciudades no volverá a incumplir los niveles máximos fijados por la OMS. Es necesario tomar medidas urgentes, la pandemia sigue aquí, y el daño continuado al planeta no puede regresar.
Añadir nuevo comentario