La contaminación marina y su relación con la lavadora

Algo que tenemos que conocer es el dato de que el 35 % de la contaminación marina viene dada por la forma en la que lavamos la ropa.

Esto gira en torno a tres factores:

• El tipo de tejidos que lavamos y usamos.
• Los tipos de detergentes que empleamos.
• El tipo de lavado, si agua fría o caliente.

La contaminación marina y la lavadora

El caso, es que la contaminación marina también aumenta debido a que las fibras como el poliéster o el nailon, generan muchas microfibras de plástico, que, lamentablemente, acaban en los mares, ya que las depuradoras no consiguen filtrarlos.

Asimismo, en lo que respecta a los detergentes, se debe tener en cuenta que también influyen en este tipo de contaminación, empezando desde el envase del producto.

La gran parte de estos envases se realizan con plástico o plástico reciclados, pero acaban siendo lo mismo. El caso, es que según los datos, solamente el 41 % de los envases de este tipo acaba siendo reciclado de media en Europa, por lo que el resto acaban en vertederos, generando a su vez más microplásticos que acaban en ríos y mares.

Por otro lado, la contaminación marina también surge de la composición de los detergentes, y es que muchos acaban llevando sustancias tóxicas que alteran y perjudican la vida marina.

No es el caso de Washaby, de Ferrán Aznar, un detergente en cápsulas, que en un primer vistazo parece de plástico, pero en realidad es un polímero saludable y 100 % biodegradable, por lo que ha ganado el Sello Ecolabel.

Se trata de un sello oficial de la UE, y se encarga de certificar que un producto determinado cause el menor impacto en la Tierra y sus ecosistemas.

Este sello de garantía obliga a los productos a pasar una certificación, que se basa en el análisis de todo el ciclo de vida del producto, desde las materias primas que se utilizan para fabricarlo y su proceso de fabricación, asegurando que no genera residuos y que es biodegradable.

Ferrán destaca que con cada lavado se desprenden hasta 700.000 microfibras, por lo que se recomienda lavar con agua fría, para conseguir ahorrar millones de kilos de CO2 a la atmósfera.

Además, de escoger muy bien el tipo de detergente, porque hay muchos que contienen fosfatos, nitrógenos o blanqueadores de cloro que acaban fomentando la contaminación marina.

La forma de llegada al consumidor, un punto clave para el cuidado de todos los ecosistemas

El caso, es que la contaminación marina y su protección no se queda solo en la fabricación, sino que otro aspecto es la forma en la que llega cada producto a casa, y es que hay muchas personas que también se fijan en este aspecto ecológico.

Por ello, fabricantes como Ferrán, se encargan de cuidar mucho el proceso de envío de estos productos, con el fin de causar el menor impacto medioambiental, contribuyendo así al cuidado del planeta.

El caso, es que este tipo de productos pueden no estar muy al alcance o no de una forma muy ecológica para los consumidores, por lo que la contaminación marina, continua teniendo al aspecto de lavar la ropa como un punto a favor en su proliferación. Es por ello que se necesita de mayor concienciación, para que la sociedad entienda que todo va en cadena, y que realizando gestos ecológico, conseguimos cuidad de todos y cada uno de los ecosistemas terrestres, a la par que de nuestra propia vida.