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La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado que Badajoz, Las Palmas, Oviedo, Pontevedra, Santander y Segovia carecen de contenedores autorizados en la vía pública y señaló que esto supone un “lastre” para impulsar un consumo sostenible.
Badajoz, Las Palmas, Oviedo, Pontevedra, Santander y Segovia, sin contenedores
Así lo subrayó en un comunicado en el que añadió que, según el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos, solo un 10 % de las prendas textiles son gestionadas para su reutilización y reciclaje, cuando el objetivo para este año era del 49 %.
La Unión Europea, con vistas a solucionar este problema, ha fijado el año 2025 como fecha límite para que todos los estados miembros implanten un sistema de gestión de ropa y calzado usados, independiente a la del resto de residuos.
Los contenedores autorizados en la vía pública “brillan por su ausencia”
A pesar de que los ayuntamientos de más de 5.000 habitantes disponen de puntos limpios con espacios para la recogida de ropa y el calzado, los contenedores autorizados en la vía pública “brillan por su ausencia”, según OCU.
La organización también ha puntualizado que apenas hay un contenedor por cada 4.000 habitantes, cuando lo recomendable es que haya al menos uno por cada 1.000 habitantes.
Llevar la ropa al contenedor es dar un paso hacia un consumo más sostenible
En el marco de la campaña ‘Cámbiate al verde’, la organización exigió que los consistorios promuevan la recogida de ropa usada en la vía pública a través de contenedores autorizados y que dicha autorización incluya una cláusula social para que la empresa gestora sea una entidad con fin social que ayude a personas vulnerables.
Además, la OCU solicitó que se retiren los contenedores “pirata” de la vía pública y demandó una “mejora” de la durabilidad de la ropa teniendo en cuenta que, a su juicio, el ‘fast fashion’ y sus “altas cifras de producción de prendas de baja calidad a bajo precio” provoca un alto consumo de textil “que se convierte rápidamente en residuo”.
¿Dónde termina la ropa que reciclamos?
Según apunta la OCU, la ropa y el calzado no son residuos como los demás, pueden tener un fin social que permita que las prendas que no utilizamos vayan a parar a personas que las necesitan. Asimismo, el proceso puede generar empleo para colectivos desfavorecidos a los que se da un trabajo y una manera de integrarse en la sociedad.
Algo que vienen haciendo desde hace años las entidades con fin social vinculadas a la iglesia como Cáritas, o vinculadas a la economía social y solidaria como los Traperos de Emaús o Madre Coraje. Lo cual también tiene un fin medioambiental, al separarla y reciclarla adecuadamente, evitando que vayan al vertedero y se puedan reciclar en nuevos tejidos o en trapos.
Para ello es importante que todos los desechos textiles se lleven al contenedor de ropa o al punto limpio, estén en buen o mal estado, de manera que no terminen en el vertedero, donde ahora mismo está acabando casi el 90 % del residuo textil.
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