La temporalidad es la gran lacra del mercado laboral español: nueve de cada diez contratos son de tiempo limitado. Ante esto, el Gobierno aboga por limitar al 15 % el porcentaje de empleados temporales anuales en la plantilla de una empresa.
El Ministerio de Trabajo pretende limitar los contratos de prácticas que puede recibir un estudiante. Sin embargo, para ello el Gobierno debe ponerse de acuerdo con empresarios y sindicatos.