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La convergencia lingüística es un término muy de moda en nuestra sociedad. Sobre todo con dialectos como el catalán o idiomas como el inglés si viajamos a territorios donde se hablan y no sabemos decir ni una palabra.
Y es que no importa de dónde vengas ni qué tipo de español hables. Si hablas más de diez minutos, con un puertorriqueño, por ejemplo, es inevitable: tu acento se irá desvaneciendo aún más y, en un abrir y cerrar de ojos, estarás hablando como él.
Por lo general, no se nos pega únicamente el acento cuando escuchamos hablar a otras personas, sino que también adoptamos su léxico
Esta incorporación de los términos que emplea el otro, o la forma en la que articula una frase, como construye su estructura, es lo que llamamos convergencia lingüística.
Mientras que la imitación del acento tiende a ser un acto inconsciente, la adopción de la estructura gramatical (como usar la forma activa o pasiva de un verbo, por ejemplo) y el vocabulario que usa nuestro interlocutor, tienden a ser una elección.
Pero porqué pasa esto. Dentro de cada sociedad imperan ciertas relaciones, jerarquías, y las personas con mayor conciencia de esto adecúan su hablar para lograr aceptación. Es más, si hablamos de convergencia lingüística, debemos saber que la gente cambia —consciente o inconscientemente— su discurso para mostrar afiliación con la otra persona.
'¡Hey, soy como tú!'
La convergencia lingüística es una forma de mostrar que algo te gusta o que quieres agradar a alguien.
Por otro lado, otra de las razones de la convergencia lingüística está vinculada a nuestro afán de comunicación.
"Nos comunicamos mejor cuando estamos en la misma sintonía, cuando usamos las mismas palabras, porque entendemos mejor a quien suena como nosotros", explican en la BBC.
La sensación de hablar en el mismo idioma, nos ayuda a mejorar la interacción.
Y, en tercer lugar, destacar que la convergencia lingüística es una consecuencia cognitiva automática de la comprensión del lenguaje.
Hay investigaciones que indican que, cuando escuchamos hablar a alguien, guardamos esos sonidos en nuestra memoria, y esos sonidos influencian luego nuestro propio discurso.
La convergencia lingüística, ¿es una cuestión de oído?
Pues sí. Sumado a todo lo anterior, la convergencia lingüística tiene mucho que ver con nuestra capacidad al aprender otros idiomas y de cómo nuestro cerebro es capaz de procesar primero y distinguir cuáles son las diferencias fonéticas entre una región y otra, y luego de reproducirlas.
Por lo tanto, la convergencia lingüística se produce principalmente a través de la difusión, la difusión de una característica de un idioma a otro. Sus causas dependen en gran medida de las características específicas del contacto entre las lenguas implicadas.
A menudo, la convergencia está motivada por la conmutación de códigos bilingües o la alternancia de códigos. Buscando una capacidad expresiva total en ambos idiomas, los hablantes bilingües identifican los paralelos preexistentes entre los idiomas y utilizan estas estructuras para expresar significados similares, lo que eventualmente conduce a la convergencia o al aumento de la frecuencia de patrones similares.
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