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Nuestra salud mental es casi tanto, o más, importante que nuestra salud física. Trastornos como la ansiedad o la depresión están en auge estos días, y tanto médicos, como psicólogos e investigadores, trabajan para encontrar herramientas que nos puedan ayudar a evitar o superar estos problemas de salud mental. En estos trabajos de investigación, una de las principales conclusiones es la necesidad de mantener una alimentación sana y equilibrada.
Pero los alimentos que tomamos parecen no ser lo único que importa a la hora de mantener una dieta equilibrada que nos ayude a hacer frente a temas de ansiedad o depresión. Un reciente estudio realizado por investigadores de la Brigham and Woman's Hospital de Bostons, en Estados Unidos, ha hecho especial hincapié en la necesidad de mantener un horario y rutina específicos en las que ingerir alimentos, para ayudar a nuestra salud.
La crononutrición, más que sana
Un horario de comidas y los tipos de alimentos que se recomiendan ingerir según el momento del día en el que nos encontremos, se le conoce como crononutrición, un concepto más que conocido y que llevamos siguiendo sin ser conscientes si quiera del nombre que tenía, ya que básicamente es el que nos dice que es mejor tomar tostadas y huevos en el desayuno y carnes y verduras en la comida. Ahora retoma su importancia al demostrarse que podría tener relación con síntomas de ansiedad o depresión.
Según el artículo publicado en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences', hecho por el grupo de investigadores antes mencionado, la cornonutrición no solo tendría efectos sobre nuestro metabolismo, sino que también tendría un impacto directo en nuestro estado mental. Para demostrarlo, el estudio hizo el seguimiento de una serie de voluntarios a los que sometieron a cambios en sus turnos de comida entre el día y la noche, para comprobar si esto hacía crecer su ansiedad o cualquier otro episodio anímico desregulado.
La ansiedad se esconde en el desorden
A través de este experimento, pudieron comprobar que los grupos que rompían con la crononutrición al alternar sus comidas según los días, mostraron un incremento del ánimo depresivo en un 26 %, frente a los que mantuvieron su rutina a diario. También constataron un aumento del 16 % en cuanto a la ansiedad que sentía el primer grupo.
Los investigadores comentan que necesitan un mayor trabajo de investigación al respecto, pero el doctor Frank A. L. Scheer, director del programa de Cronobiología Médica en la División de Sueño y Trastornos Circadianos del Brigham, señala que: "Nuestros hallazgos se suman a las pruebas sobre el potencial del horario de la ingesta de alimentos como estrategia para minimizar la vulnerabilidad anímica en individuos que sufren un desajuste circadiano, como las personas que trabajan por turnos, que experimentan jet lag o que sufren trastornos de sueño".
Está claro que los procesos de ansiedad, estrés crónico o depresión que empezamos a experimentar, tienen como principal vía para empezar a trabajar en mejorarlos, un mayor cuidado de nuestra salud física y por tanto de nuestra alimentación diaria, así como el apoyo terapéutico necesario.
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