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El coronavirus nos ha cambiado la vida a todos. Sus efectos están siendo muy duros y quien ha tenido la suerte de no sufrir alguna pérdida, como poco muchos de sus planes se habrán cancelado.
Sin duda, entre los eventos cancelados figuran muchas bodas. Durante el periodo de alarma se han celebrado bodas, pero ante el Registro Civil y sin invitados. Y eso, es otro tipo de evento muy diferente a lo que muchos quieren que sea su boda.
Muchos novios de este año han decidido suspender su boda y celebrarla más adelante. Eso sí, para ello tendrán que plantearse nuevos modos de financiar su boda. Según un artículo publicado en eldiario.es, más de 17.000 bodas fueron canceladas en España desde que se declaró el estado de alarma hasta el 24 de abril. A ello habría que sumar las bodas previstas para los próximos meses.
No hay que olvidar que la primavera es temporada alta de estas celebraciones
Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2018 se celebraron en España 167.613 bodas, con lo que una distribución homogénea arroja que cada mes se celebrarían alrededor de 14.000 bodas.
Estos datos dejarían en el aire mínimo unas 50.000 bodas. Hay que tener en cuenta que al menos hasta final de junio no culminaremos la desescalada, por lo que tendríamos que situarnos en esa fecha para, si todo va bien, plantear un evento de este tipo.
Todavía queda mucha incertidumbre respecto a la movilidad y las medidas de distancia social que tendremos que adoptar.
El panorama es incierto
Muchas parejas están eligiendo posponer su enlace a fechas más lejanas. El portal bodas.net realizó una encuesta en Italia, Francia y España. El 91,3% de las 2.600 parejas que respondieron pensaban posponer su boda, mientras que el 8,7% optaba por cancelar.
Según se recoge en el documento elaborado por el Gobierno de Pedro Sánchez en relación a las distintas fases, las bodas comenzarán a celebrarse en la fase 2 "para un número limitado de asistentes" .
A partir de la fase 3 "para un número más amplio de asistentes". Sin duda, declaraciones que realmente no nos aclaran nada porque, ¿cuándo llegarán esas fases? Todo depende de cómo sigamos comportándonos para frenar el avance del coronavirus.
Una boda es una celebración que consta de tres grandes momentos: la ceremonia, el banquete y la fiesta. Con lo cual, no se pueden celebrar "con restricciones" pues las parejas que se casan quieren estar con sus familiares y amigos durante todo este proceso.
Debido a la pandemia del coronavirus, "más de 17.000 bodas ya han tenido que ser anuladas en España. Si las medidas de contención adoptadas para hacer frente a la actual situación se extienden hasta agosto, la previsión es que las bodas afectadas puedan alcanzar las 100.000", indican. Una situación, señalan, que afectaría a 100.000 parejas que llevan organizando su boda desde hace más de un año y a más de 50.000 empresas y profesionales al servicio de estos eventos privados.
¿Qué supone anular una boda?
Evidentemente, celebrar una boda es caro, a veces muy caro. Todo depende del tipo de evento que se elija, pero la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) estimaba en 2017 que casarse en España cuesta entre 11.000 y 21.000 euros, con un coste medio aproximado de 16.000 euros si la boda es para 100 invitados.
La cancelación de un evento de este tipo tiene un gran impacto económico. Hay que anular muchas cosas… Todo un abanico de servicios que, de repente, quedan en el aire.
La posibilidad de recuperar el dinero depende de muchos factores. No obstante, el 31 de marzo se publicó un Decreto-Ley que modifica la Ley General de Consumidores y Usuarios, de modo que el coronavirus se contempla como una causa de fuerza mayor que permite la recuperación total o parcial del dinero de servicios como el viaje o el evento.
Eso sí, el prestador del servicio podrá descontar los gastos ya realizados. Para el alquiler de fincas, lo recomendable es negociar el aplazamiento de la boda a otra fecha, ya que la devolución del dinero solo tendrá lugar si no se celebra.
Septiembre y octubre dejan de ser los meses escogidos y las nuevas fechas miran hacia la primavera de 2021
Muchas empresas del sector pronostican que se aplazará todo hasta el año que viene. Alrededor del 50% se ha aplazado ya, mientras que el otro 50% está a expensas de lo que vaya diciendo el Gobierno central en relación a este tipo de celebraciones.
En las ciudades, la elevada demanda de los templos genera las mayores preocupaciones entre los enamorados. De ahí que, tal y como explica José Antonio Calvo, portavoz del Arzobispado de Zaragoza a El Heraldo de Aragón, se apueste por que los párrocos hablen con los interesados para ponerse de acuerdo en una nueva fecha.
“Aplazar la boda es una situación muy dolorosa y ellos -los curas- son quienes mejor conocen las particularidades de cada caso. Por ello, entendemos que hay que dar todas las facilidades”, explica Calvo.
“No esperamos colapso en septiembre y octubre porque, a no ser que cambie mucho la situación, seguiremos sin poder celebrar bodas. Los que inicialmente habían aplazado su compromiso al otoño están viendo que será difícil; la incertidumbre nos hace pensar que el aluvión llegará en la próxima primavera. Tendremos que apoyar a hoteles y restaurantes para tratar de conciliar”, adelanta Blanco.
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