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El presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas ha fijado el 30 de septiembre de 2020 para celebrar la Cumbre de la Biodiversidad bajo el lema 'Acción urgente sobre la biodiversidad para el Desarrollo Sostenible'.
Cumbre de la Biodiversidad de las Naciones Unidas
A la reunión, que tiene lugar al margen de la apertura del 75º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU y se espera la asistencia de Jefes de Estado y de Gobierno, asistirán desde la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) al presidente de la Asamblea General en la preparación de la Cumbre.
Esta Cumbre es una oportunidad para demostrar liderazgo y compromiso con el fin de mejorar nuestra relación con la naturaleza, abordar las causas de la degradación y garantizar que la naturaleza y sus contribuciones a todas las personas estén en el centro del desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático.
Demostrar liderazgo y compromiso para mejorar nuestra relación con la naturaleza
Ante este este evento tan importante, la organización ecologista Greenpeace ha señalado que “los gobiernos deben poner la protección de nuestro planeta en el centro, para abordar el colapso climático, la pérdida de biodiversidad, el hambre y las nuevas pandemias”.
Pilar Marcos, responsable de Biodiversidad de Greenpeace, ha declarado que el "2020 está siendo el año de las emergencias planetarias. La profunda degradación ambiental ha creado las condiciones idóneas para las pandemias, para que los incendios se desaten y el Ártico se derrita. En todo el mundo estamos exigiendo que los gobiernos aprovechen este momento para el cambio. Los líderes mundiales deben recuperar el tiempo perdido y comprometerse con un Tratado Global de los Océanos y un plan de recuperación urgente para la naturaleza".
La declaración carece de metas específicas y medibles
Sin embargo, el año 2020 iba a ser el “año de la biodiversidad” porque la Cumbre y la de las partes de la CBD, junto con el Tratado Global de los Océanos, iban a marcar un calendario para avanzar en la protección de la naturaleza.
Más de cuarenta Gobiernos han publicado recientemente una declaración denominada 'United to Reverse Biodiversity Loss by 2030 for Sustainable Development' en la que varios Jefes de Estado y Gobierno apoyan este compromiso por la naturaleza.
Aunque todo apuntaba a una mejoría destacable con palabras sobre ‘intensificar la ambición global por la biodiversidad y comprometernos a hacer coincidir nuestra ambición colectiva por la naturaleza, el clima y las personas’, y sobre la insistencia en que esta promesa es un compromiso con ‘acciones significativas y rendición de cuentas’, la declaración no tiene metas específicas y medibles por las que los líderes y sus gobiernos puedan hacerse responsables.
Todo puede quedar en papel mojado
Las ONU ha publicado recientemente la quinta edición de la 'Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica', donde se señala que los países y sus gobiernos no han alcanzado, en su totalidad, ninguno de los objetivos para frenar la pérdida de la naturaleza acordados en 2010 y, como resultado, la naturaleza está en un punto crítico.
Solo el 15 % de los bosques del mundo permanecen intactos y solo el 3 % de los océanos del mundo están libres de la presión del ser humano, según la publicación.
“Los porqués están claros. El modelo industrial está extrayendo y destruyendo más que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. Las megacorporaciones no solo han basado su modelo de negocio en la quema de combustibles fósiles que destruyen el planeta, en incendiar bosques para despejar la tierra para la agroindustria y en saquear extensiones cada vez más profundas y remotas de los océanos, sino que también están contaminando nuestra política para debilitar la protección ambiental”, ha determinado la organización.
Los gobiernos deben dejar de anteponer los beneficios empresariales
La ONU ha defendido que para poner fin a la destrucción de la naturaleza, los gobiernos deben dejar de anteponer los beneficios empresariales y transformar radicalmente la forma en que producimos y consumimos alimentos y otros bienes aliviará la presión sobre la naturaleza.
La creación de vastos santuarios oceánicos y la protección de la tierra, basada en los derechos, sobre todo de las comunidades indígenas, puede ayudar a abordar el colapso climático, la pérdida de especies, la seguridad alimentaria y el riesgo de futuras pandemias, ha asegurado la organización.
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