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La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que golpeó la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre dejó un saldo devastador de 219 víctimas mortales. De estas, más de un centenar tenía 70 años o más, un dato que resalta la vulnerabilidad de las personas mayores ante fenómenos climáticos extremos.
Los expedientes activos por denuncias de desaparición, recogidos en las oficinas ante mortem habilitadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil en colaboración con los médicos forenses, siguen siendo trece, los mismos que al cierre del balance del sábado, al no estar identificado esta última víctima mortal, según los datos recabados por el Centro de Integración de Datos (CID).
La tragedia también cobró la vida de nueve menores de edad, un recordatorio de que las catástrofes naturales afectan a todos los grupos de la sociedad, sin importar su edad. Este evento, que se tradujo en lluvias torrenciales y desbordamientos de ríos y barrancos, ha sido una de las catástrofes naturales más mortales en España.
Desglose de las víctimas mortales: un impacto desgarrador
Según el informe detallado facilitado por el Centro de Integración de Datos (CID) creado para gestionar la tragedia, se indica que la mayoría de las víctimas eran personas mayores. De las 219 víctimas mortales, un total de 133 eran hombres y 86 mujeres. Entre ellos, 15 personas tenían más de 90 años, un dato que refleja la vulnerabilidad de la tercera edad frente a fenómenos climáticos extremos. Además, del total de víctimas, 190 eran de nacionalidad española, mientras que 26 procedían de once nacionalidades distintas, siendo la rumana la más representada con nueve víctimas mortales.
De las 218 identificaciones,169 se han producido gracias al análisis de huellas dactilares y 45 por ADN, mientras que cuatro casos se corresponden con identificación hospitalaria en vida.
Los municipios que registraron más fallecimientos fueron Paiporta, con 45 víctimas; Catarroja, con 25; Valencia, con 16; y Alfafar, con 15. Es importante destacar que la localización de los cuerpos no corresponde necesariamente a los domicilios de las víctimas, ya que algunos fueron arrastrados por las fuertes corrientes a largas distancias. Este hecho subraya la magnitud y la rapidez de la catástrofe.
Desaparecidos y el proceso de identificación
El impacto de esta tragedia no termina con los fallecimientos. Actualmente, 16 personas permanecen desaparecidas, y las autoridades siguen trabajando en su localización. Afortunadamente, las tareas de identificación han avanzado considerablemente. Hasta la fecha, se han identificado 216 víctimas mortales, de las cuales 168 fueron identificadas gracias al análisis de huellas dactilares, 45 por ADN, y tres casos por identificación hospitalaria en vida. Las oficinas ‘ante mortem’, habilitadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil, continúan colaborando con médicos forenses para resolver los casos de desapariciones.
Este trágico suceso ha dejado una huella profunda en la comunidad de Valencia y ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de mejorar la preparación y la respuesta ante este tipo de fenómenos meteorológicos extremos, especialmente cuando afectan a las personas más vulnerables, como los mayores y los menores.
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