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La deforestación podría estar altamente ligada con la propagación de enfermedades y la aparición de nuevas pandemias en todo el mundo.
Aunque aún es pronto para conocer y hablar sobre las causas que han hecho que este nuevo virus apareciera, los zoólogos y expertos en enfermedades aseguran que no será la única pandemia que vivamos si continuamos destruyendo los hábitats naturales.
Y es que las enfermedades infecciosas no se pueden ignorar, y la mano del hombre tiene mucho que ver en las situaciones desastrosas que asolan al mundo.
La deforestación lleva a la destrucción de ecosistemas, y ello a la proliferación de enfermedades contagiosas
El doctor Enric Sala, explorador de National Geographic en entrevista para The Independent aseguró que en el futuro habría más enfermedades como el coronavirus si se continúa con las prácticas de destrucción del mundo natural, la deforestación y la captura de animales salvajes como mascotas o para alimentos y medicinas.
Pero no es el único que avisa, pues diferentes investigadores del campo de la biología confirman que la tala masiva de bosques obliga a las especies salvajes a aferrarse a fragmentos pequeños del hábitat que les queda, lo que hace que estos animales entren en contacto directo con los humanos.
Dicho contacto es el que hace posible que se transfieran los microbios benignos que viven en los cuerpos de estas especies hacia nuestro organismo, que en una vez en nosotros se convierten en patógenos mortales para nuestra especie.
Esta situación debería de alarmarnos, pues observando las altas tasas de deforestación de los bosques mundiales durante 2019, se suman la propagación de incendios forestales, lo cuál aumenta esa transmisión de enfermedades.
Desde la Amazonía brasileña hasta Indonesia los fuegos han hecho perecer miles de hectáreas de hábitats naturales.
Lo peor, es que los responsables de la destrucción de los bosques siguen utilizando la tala como una herramienta de negocio, sin pararse a mirar las consecuencias y riesgos que esto supone.
Está claro que el cambio climático agrava los incendios forestales, pero las políticas que no luchan contra la deforestación y no persiguen estos delitos ambientales son factores que empeoran aún más la situación.
La isla de Borneo, ejemplo de devastación de un ecosistema
La deforestación y los delitos ambientales se refieren a la acción de las industrias que emplean el aceite de palma y de la pulpa y el papel.
Las primeras son las principales responsables de la tala indiscriminada de árboles y de la deforestación ilegal de bosques de todo el mundo.
A su vez, estas empresas contribuyen, según investigaciones científicas que lo corroboran, a la creación de condiciones óptimas para la propagación de nuevas enfermedades.
La isla de Borneo, desgraciadamente, es un claro ejemplo, pues investigadores de la revista Emerging Infectious Diseases, argumentaron con documentación que los casos de malaria que afectaron en una región de la isla, estaban relacionados con la deforestación.
Lo más curioso fue descubrir que el culpable de los casos no era el parásito transmitido por mosquitos, sino que correspondían a la llamada "malaria de mono".
Los investigadores consideraron que la destrucción del hábitat de los monos propició el contacto entre las personas y los primates, lo que aumentó la posibilidad de que la infección saltara a las personas.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) clasifica los bosques de Borneo entre los hábitats de mayor diversidad biológica del mundo. En ellos se alberga una población muy diversa de especies como orangutanes y elegantes pigmeos.
Pero, este ecosistema padece los estragos causados por la deforestación que viene a consecuencia de la obtención de madera, aceite de palma, pulpa, caucho y minerales, entre otros.
La tasa de deforestación supone la destrucción de 1,3 millones de hectáreas por año. Y los responsables de ello son los grandes grupos que operan en la zona.
Por ejemplificar, se podría nombrar al grupo Sinar Mas, que reúne a diferentes empresas de la industria como Asia Pulp and Paper, la compañía de pulpa y papel más grande de Indonesia, la cual ha sido acusada de destruir bosques para la obtención de pulpa.
Otra de las empresas del grupo, Paper Excellence (PE) también se ha visto envuelta en una polémica recientemente, luego de que el gobierno de Nueva Escocia, Canadá, obligara a la empresa a cesar sus operaciones al probarse que la compañía era responsable de la contaminación de la laguna de Boat Harbour.
Al igual que sus compañías satélites, este grupo chino-indonesio, presidido por la familia Widjaja es reconocido internacionalmente por propiciar la degradación de bosques.
Además Greenpeace descubrió en 2017 que el gigante de la pula Sinar Mas, y su empresa Asia Pulp & Paper habían limpiado aproximadamente 8.000 hectáreas de bosque y turberas en Borneo, incumpliendo con su promesa de conservación forestal.
La sociedad unida, es más fuerte
Una vez más, volvemos a repetir que cuidar el Planeta, respetarlo a él y a todos los ecosistemas que lo forman, supone cuidarnos a nosotros mismos.
Pero un verdadero problema es que muchos se muestran escépticos sobre el verdadero impacto que tienen nuestras actividades, negando las pruebas que demuestran todo el daño que hacemos a la Tierra.
Debemos de dejar a un lado las ideologías, para trabajar en conjunto y acatar las medidas necesarias para cuidar nuestro hogar, y el futuro de las generaciones que vienen.
La deforestación, la extinción de las especies, la destrucción de la biodiversidad, el calentamiento global, la mala gestión de los recursos, demuestran que no cumplimos lo que se nos viene avisando desde hace años.
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