A pesar del avance de las leyes, los derechos de las personas con discapacidad siguen sin cumplirse adecuadamente

El camino por los derechos de las personas con discapacidad no ha sido fácil. Aunque hoy en día nos pueda parecer que este colectivo se tome en valor y se respeten sus necesidades, lo cierto es que este cambio, tanto en la mentalidad de la sociedad como en la legislación general, es muy reciente, tanto que se remonta a principios de los 2000. Concretamente, la primera vez que se hizo un reconocimiento oficial y general de los derechos de las personas con diversidad funcional en el mundo fue en 2006.

El 13 de diciembre de este año, las Naciones Unidas aprobó el Convenido Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Este es el documento jurídico más importante que se ha redactado hasta el momento sobre esta materia. En España se integró en la legislación en mayo de 2008 y a partir de ahí se fueron realizando acciones y ampliaciones de la misma, para ir actualizándolo conforme se fuese encontrando obsoleto.

Los derechos de las personas con discapacidad siguen sin ser cumplidos adecuadamente

Si bien es cierto que todos estos pasos dados han sido tremendamente importantes, como así lo señala Gregorio Saravia Méndez, delegado de derechos humanos para la Convención de CERMI estatal. Saravia defiende que la creación del marco legal que generó el Convenio de la ONU, supuso "un punto de inflexión en el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad. Sin embargo, también remarca que existen aún muchos puntos recogidos en esta Convención sobre los que seguir trabajando.

El delegado destaca principalmente el derecho a la no discriminación o atentar contra la dignidad de este colectivo, considerando que ambos, "siguen sin cumplirse en muchos casos, porque, por ejemplo, vemos que la gente con discapacidad sigue siendo objeto de mofa o de burla, se las sigue menospreciando por su condición. Este es uno de los fenómenos que preocupan más", comenta ante la falta de respeto sobre la dignidad de las personas con discapacidad.

Por otro lado, realza que "no se cumple el principal derecho, el leitmotiv de la Convención, que es de la no-discriminación. Y se incumple, tanto de manera directa como indirecta, por ejemplo, cuando una persona no puede acceder a las dependencias de un juzgado o un organismo público porque el edificio no está adaptado para personas con movilidad reducida. Si no está adaptado, no puede acceder en igualdad de condiciones", reitera.

Una legislación avanzada, sí, pero deficiente en la puesta en marcha

La discriminación o la falta de respeto a la dignidad de las personas con discapacidad no es la única materia que este experto pone en relieve. También manifiesta que las desigualdades se hacen tremendamente palpables cuando se habla de acceso a la vivienda, el tener facilidades para acceder a puestos de trabajo con condiciones aceptables, la integración en la cultura, tanto como creadores como consumidores, y por supuesto en cuanto a lo referente a la igualdad de género. Por eso recuerda que es necesario seguir luchando por estos derechos.