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Como ya pronosticaban los sondeos, Boris Johnson ha conseguido la victoria en las elecciones en el Reno Unido. A las cinco de la madrugada, el actual primer ministro británico proclamaba su victoria en unos comicios decisivos en los que ambos partidos presentaban como «los más importantes en una generación».
En pleno estado de euforia, Johnson declaraba que «ha sido una votación histórica, que nos permite llevar a cabo el Brexit, recuperar el dominio del pueblo y cambiar este país a mejor».
El Brexit encara su recta final tras la victoria de Johnson
Faltaban un centenar largo de escaños por recontar de los 650 que componen los Comunes y los conservadores ya alcanzaban los 362 diputados, 44 más de los que obtuvo May en 2017. Se trata de una mayoría absoluta indiscutible de 36.
Con esas cifras, Johnson podrá ejecutar por fin el Brexit el próximo 31 de enero. Se pone fin a tres años y medio de un proceso eterno que encalló en el parlamento y ha terminado en terceras elecciones en cinco años.
El gran batacazo es para el Partido Laborista, que proponía un segundo referéndum junto a un programa intervencionista. Los laboristas se dejan por el camino 86 escaños y se queda en 199.
El líder de la oposición anuncia su dimisión
A todo esto, Jeremy Corbyn, el líder de la oposición con la valoración más baja de la historia, ya ha anunciado de madrugada su dimisión, reconociendo que el resultado es «muy decepcionante».
En su análisis su batacazo se debe «al tema del Brexit». Y esta es sin duda la explicación, porque la postura de su partido en el gran debate nacional no estaba clara. Los laboristas prometían un nuevo referéndum, aunque su líder, euroescéptico, no aclaraba qué posición tomaría en él.
Ahora, los conservadores han logrado lo increíble, romper el legendario Muro Rojo laborista, los graneros del Norte que parecían «no go areas» para los tories.
Johnson gana en los territorios históricos de los laboristas
El Brexit lo ha cambiado todo, pues algunas de esas demarcaciones laboristas habían votado «leave» y querían zanjar la ruptura con la UE. Hablan de que Boris Johnson ha sabido trabajarse el cinturón rojo, al que dedicó las 72 últimas horas de campaña. Tras las elecciones, reductos como Wrexham, Redcar, Sedgefield o Wolverhampton son ahora azules.
La sonada derrota laborista supone un varapalo en diferentes sentidos. Uno de ellos es que figuras tan relevantes como Laura Pidcock, han perdido su escaño. Y es que la política sonaba como la posible sustituta de Jeremy Corbyn.
El Brexit se hará efectivo el próximo mes
Por su parte, la mandataria escocesa, Nicola Sturgeon, celebra junto a Boris Johnson su victoria en el territorio escocés. Tanto es así que la separatista obtiene 52 de los 59 diputados que aporta Escocia a los Comunes.
«Ya tenemos un mandato para pedir un nuevo referéndum», decía Sturgeon tras subir en 17 escaños. Alega que puesto que Escocia ha votado por más de un 60 por ciento permanecer en la UE, no está en su voluntad verse arrastrada a salir. Sin embargo, Johnson no va a concederle una nueva consulta, ya que contraviene los planes del primer ministro de culminar el Brexit el 31 de enero.
En Irlanda del Norte los republicanos del Sinn Féin han logrado una insólita victoria sobre el DUP unionista, por 9 escaños contra 8. Los diputados del Sinn Féin de todas formas no toman posesión de sus asientos como gesto de rebeldía contra los británicos.
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