El 42 % de los desempleados con discapacidad no accede a formación por barreras económicas

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07/10/2024 - 08:46
Empleados en un curso

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Un 42 % de las personas con discapacidad que se encuentran desempleadas no realizan ningún tipo de formación debido a dificultades económicas, según revela el informe “Motivaciones y expectativas sobre el mercado laboral de las personas con discapacidad”, elaborado por la Fundación Randstad. Este informe destaca que la falta de recursos financieros es uno de los principales obstáculos que enfrentan las personas con discapacidad a la hora de acceder a formación, limitando así sus posibilidades de mejorar su empleabilidad y sus oportunidades laborales.

Además de las barreras económicas, el 18 % de los encuestados menciona la falta de cursos adaptados a sus necesidades específicas como otro factor que les impide formarse. Algunos también señalan que no consideran necesario continuar formándose debido al tipo de trabajo que desempeñan o han desempeñado en el pasado.

Comparación entre empleados y desempleados con discapacidad

Los resultados del informe muestran que las barreras para la formación no solo afectan a las personas desempleadas, sino también a aquellas que ya están empleadas. Sin embargo, las personas desempleadas enfrentan mayores dificultades debido a problemas de salud que complican la continuidad en los programas formativos. Además, las personas sin empleo muestran una percepción más baja de que sus conocimientos actuales sean suficientes para desempeñar un trabajo, lo que les lleva a desear más formación, en comparación con los empleados que tienden a sentirse más seguros de sus habilidades.

Aproximadamente un tercio de las personas con discapacidad están actualmente en proceso de formación. Sin embargo, se observa que los desempleados tienden a participar en programas de formación en mayor medida que aquellos que ya tienen un empleo. En el caso de los desempleados, la principal motivación para formarse es la necesidad de encontrar trabajo, mientras que entre los empleados la actualización de conocimientos y habilidades es el principal incentivo.

La importancia de la formación adaptada

El informe destaca que un 94 % de las personas desempleadas con discapacidad se formarían si encontraran cursos adaptados a sus necesidades o recibieran ayuda económica para hacerlo. Este porcentaje aumenta ligeramente entre las personas empleadas, llegando al 96 %. Las áreas más demandadas de formación incluyen el aprendizaje de idiomas, conocimientos informáticos y la gestión administrativa.

Un 78 % de los encuestados considera que la formación y el desarrollo de habilidades son esenciales para encontrar empleo, mientras que un 70 % manifiesta que hubiera deseado recibir más formación durante sus experiencias laborales pasadas. A pesar de esta necesidad, un 45 % de las personas con discapacidad asegura no haber tenido acceso a formación adaptada a sus necesidades, lo que representa una barrera significativa para su desarrollo profesional. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados (52 %) afirma haber recibido el apoyo necesario para realizar sus tareas de manera efectiva en sus trabajos actuales.

En cuanto a la edad, los jóvenes de entre 16 y 29 años son los más activos en la formación, con un 46 % participando en cursos, mientras que este porcentaje disminuye a medida que aumenta la edad, con sólo un 29 % de personas entre 45 y 64 años recibiendo formación actualmente.

La formación para personas con discapacidad es fundamental por varias razones clave

  1. Igualdad de oportunidades: Ofrecer una educación adaptada a sus necesidades permite a las personas con discapacidad acceder a las mismas oportunidades que el resto de la población, eliminando barreras para su desarrollo profesional y personal.
  2. Desarrollo de habilidades: La formación específica puede mejorar habilidades cognitivas, sociales y técnicas, fomentando la independencia y la autosuficiencia de estas personas. Además, les ayuda a alcanzar un mayor nivel de autoconfianza y autoestima.
  3. Acceso al empleo: Las personas con discapacidad, al recibir una formación adecuada, tienen más probabilidades de acceder al mercado laboral y participar de manera activa en la sociedad. Esto promueve su inclusión social y reduce el riesgo de marginalización.
  4. Inclusión social: Una educación inclusiva no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino también a la sociedad en su conjunto. Permite que otros aprendan sobre diversidad y fomenta un entorno más equitativo y comprensivo.
  5. Desarrollo emocional: La formación también aporta beneficios emocionales y psicológicos, permitiendo a las personas con discapacidad enfrentarse mejor a los desafíos y desarrollarse plenamente dentro de sus comunidades.

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