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Un estudio del Observatorio Social La Caixa en 2023 destaca que las mujeres dedican 780 horas más al año a las tareas de cuidado en comparación con los hombres. Esta investigación también señala que las mujeres destinan 15 horas adicionales por semana a estas responsabilidades.
La secretaria de Estado, Ángela Rodríguez, durante el lanzamiento de la aplicación MeToca, subrayó que el tiempo no se distribuye equitativamente entre hombres y mujeres en la sociedad actual. MeToca tiene como objetivo promover un reparto más justo de las tareas domésticas al permitir medir y asignar responsabilidades en los hogares.
La lucha por la equidad en las tareas del hogar y la app MeToca
En las marchas del 8M, las feministas han denunciado la desigualdad en el reparto de tareas del hogar con lemas como "Hasta las tetas de hacerte las croquetas". Según un estudio del Observatorio Social La Caixa, las mujeres dedican 780 horas más al año a los cuidados que los hombres, lo que equivale a 15 horas adicionales por semana.
La secretaria de Estado, Ángela Rodríguez, presentó la app MeToca, que busca promover un reparto equitativo de las tareas domésticas al medir y asignar responsabilidades en los hogares. Los expertos destacan que la desigualdad comienza con la segregación de las tareas, donde las mujeres suelen encargarse de limpiar y planchar, mientras que los hombres participan más en actividades como jugar con los niños o hacer las compras.
A raíz de la pandemia, la corresponsabilidad en los hogares ha aumentado ligeramente, con los hombres dedicando más tiempo al cuidado de los niños y las mujeres menos. Esto se atribuye a la mayor exposición a las responsabilidades familiares durante el confinamiento y a la promoción de prácticas laborales más flexibles.
Los cambios en las dietas, los estándares de limpieza y la conciencia de compartir el trabajo reproductivo también han influido en la reducción de la desigualdad en el reparto de tareas. Sin embargo, la app MeToca busca abordar los desequilibrios que aún persisten en la organización del hogar y en la percepción de esfuerzo en cada tarea.
La llegada de un bebé y la persistencia de la desigualdad en el hogar
La llegada de un bebé al hogar intensifica los conflictos relacionados con el reparto de las tareas domésticas. Según Sara Moreno, con el aumento del trabajo doméstico, ciertos patrones de desigualdad se acentúan o reaparecen.
Este desequilibrio se manifiesta incluso en parejas que antes de tener hijos tenían un reparto igualitario de responsabilidades. Según Sílvia Claveria, politóloga e investigadora en la Universidad Carlos III de Madrid, la dedicación a las tareas de cuidado se descompensa cuando se convierten en padres.
Antes de la igualación de los permisos por nacimiento de hijos, el permiso de maternidad era más extenso y se asumía desde el principio, lo que naturalizaba la responsabilidad de la mujer en las nuevas tareas. Esta dinámica persiste a lo largo del tiempo, ya que las mujeres se vuelven más eficientes en estas tareas al realizarlas desde el principio.
A pesar de que los permisos por paternidad y maternidad ahora sean iguales e intransferibles, la desigualdad de género en los hogares sigue siendo evidente. Marta Domínguez, socióloga e investigadora en el Instituto de Estudios Políticos de París Sciences Po, señala que los hombres suelen asumir responsabilidades más flexibles y lúdicas, mientras que las mujeres se encargan de las tareas tediosas y rígidas, especialmente si el reparto de tareas ya era frágil antes de tener hijos.
Socialización de género y carga mental: Desigualdades invisibles
Anna Freixas, psicóloga y feminista, destaca la profunda desigualdad de género arraigada en la socialización. Las mujeres son socializadas para satisfacer a otros, mientras que los hombres se enfocan en satisfacerse a sí mismos. Freixas no critica los actos de cuidado en sí, sino el hecho de que se consideren parte de la identidad femenina, excluyendo a la masculina.
Por último, describe esta socialización como perversa, ya que las mujeres se sienten obligadas a ocuparse constantemente de otros y a sacrificar sus propias necesidades. Esto genera infelicidad y, a veces, ira que no pueden expresar públicamente debido a las expectativas sociales. La lucha por la equidad de género sigue siendo una cuestión importante en la sociedad actual.
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