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Seguramente no es la primera vez que hayas escuchado aquello de que el desorden tiene una estrecha relación con nuestra salud mental, y es cierto. Tanto si empezamos a notar que somos más desordenados de lo habitual, como si sentimos que ese desorden empieza a afectarnos de alguna manera que quizá ni si quiera seamos capaces de expresar. Para dar con la verdad científica detrás de esto, la investigadora Chaterine Roster, de la Universidad de Nuevo México, se puso manos a la obra.
Esta profesional inició una investigación en la que se incluyó a 1.500 adultos con dificultades en el orden. Los participantes calificaron su comportamiento relacionado con el desorden, su apego al hogar y el bienestar psicológico que este les brindaba. La investigadora, examinó con detalle la relación que se llegaba a generar entre el desorden del hogar y el bienestar subjetivo de las personas del estudio, encontrando así un lazo entre la salud mental y el orden.
4 factores que hacen que el desorden impacte negativamente en nuestra salud mental
Una de las conclusiones más potentes que este estudio realizado en 2018 desveló, fue que el desorden excesivo puede atrapar a las personas en entornos disfuncionales, generando angustia y desplazamiento. Esto, acabaría haciendo mella en la salud mental del individuo, atendiendo principalmente a estos cuatro factores:
Nos hace sentir peor
En la investigación de la investigadora Roster, los individuos a los que analizó comentaron que el exceso de objetos acumulados en espacios pequeños de alguna forma provocaban que percibiesen el entorno como algo hostil. Con el paso del tiempo en esos espacios, la salud mental deterioraba por la alerta que generaba esa hostilidad.
Una mala alimentación
La base de nuestra salud mental y física se encuentra en la alimentación. Nuestras comidas son las que ayudan a que nuestro organismo funcione con normalidad, pero si estas no son adecuadas generarán desequilibrios y problemas que no se harán esperar demasiado. Un estudio realizado un año antes al mencionado, en 2017, en la Universidad de Cornell, Estados Unidos, liderado por Lenny Vatarian, tuvo resultados aplastantes.
Las personas que viven en entornos más desordenados, sufren de mayor estrés y por tanto comen peor. El desorden en espacios como la cocina, evita que tengamos los alimentos adecuados, tanto por su escasez o por el exceso de otros no tan beneficiosos.
Agotados y menos eficaces
El desorden agota. Un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Sur, realizado por Bliese et al. , demostró que los entornos desordenados resultan más incómodos, lo que perjudica a que podamos tener una buena higiene o incluso podamos desempeñar nuestro trabajo eficazmente. El desorden tiende a agotar mentalmente, lo que por supuesto tiene un efecto en el estado de nuestra salud mental.
El desorden se traslada a los pensamientos
Aunque no lo parezca, el desorden de nuestro entorno puede estar escondiendo un desorden interno. Es un camino de doble vía. Los espacios desordenados distraen por lo caóticos que pueden llegar a resultar, por lo que nuestra mente es incapaz de concentrarse en un pensamiento, lo que hace que estos se desordenen. Tener un exceso de desorden mental, también provoca malestar en nuestra salud mental.
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