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Blanca García-Orea Haro, es nutricionista clínica y la base de sus obras es una alimentación sana y equilibrada. En su último trabajo explica la relación entre la simbiosis y las bacterias y nuestras acciones y elecciones a la hora de comer.
'Dime qué como ahora' nos revela los nutrientes que hay en los alimentos, y cuál es la mejor dieta que debemos seguir para evitar la inflamación, regular la glucosa y cómo debemos de conservar cada alimentos para mantener sus propiedades.
Ella nos narra en su libro cómo debemos mantener ácido el estómago, un tema muy importante para nuestra salud gastrointestinal, y del que sobrevuela muchísima confusión, ya que tendemos a confundirlo con la acidez de estómago.
La alimentación que realizamos nos libra o nos condena a padecer diferentes dolencias en el estómago
Según la nutricionista, nuestro estómago tiene que estar ácido, rondando un PH entre 1 y 2, pero por llevar una mala alimentación, una falta de descanso, estrés, entre otros, la acidez se altera.
Pero aclara que "no es lo mismo sentir acidez que tener el estómago ácido. De hecho normalmente son antagónicos: cuanto menos ácido se tenga el estómago, más acidez de estómago se puede tener. Y eso es porque tenemos una válvula que comunica el esófago con el estómago y si este último está suficientemente ácido esa válvula se cerrará cuando no haya alimentos y se abrirá cuando tenga que dejar pasar el alimento. El problema es que si el estómago no está suficientemente ácido, esa válvula puede quedar entreabierta provocando así que los jugos suban hacia el esófago y se note esa sensación de acidez precisamente porque el estómago no esté suficientemente ácido. Es complejo pero es lo que sucede".
Teniendo los parámetros de acidez adecuados, los microorganismos que entrar por las diferentes partes del cuerpo, se encuentran con la primera barrera de protección, pero en caso de no contar con dicha acidez, acabarán muriendo en el intestino, y sino este órgano no está lo suficientemente preparado para combatirlos, esas sustancias malas pasaran a la sangre.
De esta forma, llegan los diferentes problemas de salud. Es por ello que la alimentación juega un papel importante, pues engordar es inflamarse, y si ocurre esto suele ser porque se come peor, se tiene una vida sedentaria y se descansa menos.
Con una alimentación sana y normal, se produce una inflamación de forma natural, fisiológica, de ahí esa inflamación de la tripa, que suele durar unos 10 minutos.
Según la experta, "ese es el tiempo aproximado que tarda el sistema inmune es valorar si lo que se ingiere es o no saludable. Si valora que no es malo y no se padecen intolerancias o problemas digestivos, la inflamación baja".
El caso, es que con una mala alimentación, la inflamación que surge no baja, ya que el cuerpo lo entiende como que se consume algo que no es saludable, lo que se acaba convirtiendo en algo crónico.
"Es una inflamación silente que en realidad no producirá síntomas signiticativos pero que, pasado un tiempo, irá empeorando porque se trata de algo que sufre el cuerpo de forma constante. Una inflamación crónica de bajo grado mantenida y sostenida distrae al sistema inmune de otras tareas relevantes" especifica la nutricionista en su libro.
Las claves para no inflamarse
La experta nos deja una serie de claves para evitar que nuestra alimentación y nuestros hábitos de vida contribuyan a crear dicha inflamación en algo crónico:
- No comas continuamente, espacia comidas al menos cuatro o cinco horas.
- Come con hambre y saciándote de forma correcta.
- Evita hacer medias mañanas y meriendas para espaciar las ingestas de forma adecuada.
- Haz unas doce horas de ayuno desde que cenas hasta que desayunas.
- Toma infusiones entre horas, no abuses del líquido en las comidas principales.
- Come alimentos con nutrientes, comida real.
- Añade proteínas buenas y grasas buenas en todas las comidas.
- Evita las harinas, los azúcares y los edulcorantes, así como las grasas saturasdas, fritas y oxidadas.
- Muévete, haz ejercicio y combina fuerza con aeróbico.
- Descansa bien. Si duermes poco, tendrás ansia de dulce.
- Usa técnicas para gestionar el estrés.
- Exponte a la luz natural para sincronizar tus ritmos circadianos.
La alimentación es una parte fundamental para mantener una salud envidiable, por lo que cada bocado que pegamos tiene repercusiones en nuestro interior y exterior.
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