"Me siento nervioso y triste" ante la cuarentena

• “Las restricciones en el estado de alarma deben estar claramente delimitadas, de modo que se usen las medidas menos intrusivas para proteger la salud pública”, expresa la responsable de la ONU.

La situación de vulnerabilidad de las personas con discapacidad ha sido un debate en estos días ante el desarrollo de medidas que se recogen en el Real Decreto ante la situación de estado de alarma en España por coronavirus.

Al no verse reflejado este sector de la población en el desarrollo de medidas del Real Decreto, ni contemplar sus necesidades, GNDiario ha realizado un seguimiento de la situación.

Tras la publicación del Real Decreto, el Comité de representación de personas con discapacidad, CERMI, redactó un comunicado para el Gobierno para que puedan ser atendidos los argumentos y peticiones de este colectivo.

Desde la Secretaría de Estado de Asuntos Sociales, se recogieron estas propuestas y el Real Decreto demostró que es flexible para atender las necesidades concretas de un colectivo vulnerable y con una población de alto riesgo ante esta crisis sanitaria.

Así mismo, son las propias entidades del sector las que han dado un paso adelante, y han organizado sistemas de comunicación accesibles para sus usuarios: lengua de signos, textos en lectura fácil o pictogramas.

Ejemplos concretos

Una vez decretado el estado de alarma y con la flexibilidad indicada anteriormente para circunstancias concretas,  una persona con Trastorno del Espectro Autista (TEA) puede salir a pasear fuera de casa si así lo necesita para mitigar su ansiedad.

Tal y como se expuso en el Boletín Oficial del Estado (BOE),  queda permitido que las personas con discapacidad que deban desplazarse pueden ir acompañadas. Para una mayor seguridad en ese tránsito, desde GNDiario proponemos tal y como sugiere Plena Inclusión, portar el certificado de persona con discapacidad.

En estas residencias, se están realizando planes para adaptarse a esta situación compleja. Para ello se ofrecen algunas medidas que procuran amortiguar el impacto del Real Decreto en personas con discapacidad que realizan su vida en estos centros.

Pilar Pérez, es directora de Centros Asistenciales de Fundación DFA, advierte de la falta de material de protección y añade que: al estar recluidos, "la ruptura de rutinas les afecta especialmente, pues en este caso son personas con movilidad reducida, en ocasiones asociada a discapacidad intelectual, que no pueden reinventarse con facilidad".

Sobre la comunicación con las familias, desde Plena Inclusión destacan "que lo están pasando mal al no poder visitarles porque muchos los veían a diario".

La vida de Amador y Jorge ante esta nueva situación

Desde hace más de una semana, Amador se asoma al balcón de su casa. Desde allí se entretiene mirando los coches aparcados y ninguno de ellos presenta cambios, día tras día, los coches ocupan la misma posición, su misma matrícula, color y marca, todo igual.

Tiene 5 años y conoce todas las marcas de esos coches. Su madre, indicó en RTVE, que, a ratos, sale con él a la calle, ya que según expresa: “ahora puede salir a la calle con su hijo”. Lleva consigo el certificado de discapacidad y además, una fotocopia de la instrucción del Ministerio de Sanidad que concreta las excepciones a la prohibición de salir. Nombra expresamente a “personas con diagnóstico de espectro autista y conductas disruptivas”.

Jorge, con 37 años, vive esta situación con “nervios” y “tristeza”.  Explica que: “Siento a veces que el espacio se me hace pequeño, tengo la sensación de que la casa es más pequeña que antes”.

Propuestas desde la ONU

La Organización de Naciones Unidas ha explicado que limitar el contacto con sus seres queridos deja a las personas con discapacidad totalmente desprotegidas.

La responsable de los derechos de personas con discapacidad de la ONU, Catalina Devandas, considera que “se ha hecho poco para proporcionar la orientación y los apoyos necesarios a las personas con discapacidad” con el fin de protegerlas durante la actual pandemia del coronavirus COVID-19, aun cuando muchas de ellas pertenecen al grupo de alto riesgo.

La experta, explica que las personas con algún tipo de discapacidad, ante esta crisis sanitaria, “sienten que las han dejado atrás”. Las medidas propuestas por los gobiernos, por ejemplo en el caso español: distancia entre personas, aislamiento, son realmente inviables para personas que necesitan una atención concreta y específica al tener que recibir apoyos en momentos básicos para el ser humano: la alimentación, salir y entrar de la cama o entre otras acciones el lavado.

 “Además, es vital el acceso a apoyos económicos adicionales para reducir el riesgo de que estas personas y sus familias caigan en la pobreza o mayor vulnerabilidad”, explicó Devandas.

“Muchas personas con discapacidad dependen de servicios que han sido suspendidos, o no tienen los suficientes recursos para hacer reservas de alimentos y medicinas o pagar los costos adicionales de las entregas a domicilio”, alertó.

Catalina pone atención en las residencias donde viven personas con discapacidades concretas. Al no haber supervisión externa, se desconoce por las familias si están sanos o por el contrario, están en riesgo de contagio.

En el caso de España, la Unidad Militar de Emergencias (UME), en algunas Comunidades Autónomas, ya está colaborando dentro de estas instituciones. Desde GNDiario observaremos qué pasos se van dando en las residencias donde están alojadas personas con discapacidad.