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Formadores con discapacidad intelectual enseñan a los más pequeños la importancia de la producción sostenible agrícola a través del Gardening Project.
La iniciativa, activa desde 2019, está dirigida a 280 pequeños de entre 5 y 7 años. A través del aprendizaje vivencial y la metodología sensorial en huertos escolares, los niños se convierten en pequeños agricultores que aprenden sobre:
- Ciclos de cultivos
- Consumo sostenible
- Diferencias entre vegetales
- Agricultra ecológica
De esta forma despierta su curiosidad y su concienciación sobre el cuidado de la tierra y lo importante que es llevar una alimentación saludable
Formación de manos de personas con discapacidad intelectual para trabajar sostenibilidad e inclusión
Además, al contar con formadores y transmisores con personas con discapacidad intelectual, se demuestra que no solo prima el aprendizaje sostenible, sino que la inclusión también se lleva por bandera en este proyecto.
Gardening Project cuenta con un Observatorio de la Naturaleza, además de tener diferentes recursos y herramientas para que los pequeños aprendan conceptos teóricos sobre sostenibilidad.
Para poder llevar a cabo este aprendizaje tienen una diversidad de plantas muy sensoriales, una estación meteorológica, un nicho de biodiversidad y hasta un pequeño estanque, todo ello con el fin de poder enseñar desde primera mano a los más pequeños.
Rebekah Willis, de British Council School, también ha querido destacar el impacto que esta actividad tiene sobre el rendimiento académico de los niños, que "aprenden no sólo a cuidar de la naturaleza y se convierten en agentes de la sostenibilidad dentro de sus casas, sino también a trabajar en equipo y tratar a los demás con respeto y amabilidad".
Respecto al Gardening Project, "es además una experiencia increíble verlos trabajar junto con nuestros amigos de la Fundación Juan XXIII y cómo ellos comparten su amor por la naturaleza de manera tan entusiasta", afirma Willis.
Respeto y amabilidad con formadores con discapacidad intelectual
"Contar con un espacio de naturación urbana tan singular como es el Observatorio de la Naturaleza y la posibilidad de desarrollar este proyecto de educación ambiental inclusiva, con personas con discapacidad intelectual, es una gran oportunidad de llevar a cabo un aprendizaje empírico y vivencial", afirma Maíra Pizetta Dias, coordinadora del proyecto.
"De esta forma se contribuye a formar a las próximas generaciones en una nueva relación con el planeta y con sus semejantes, fomentando un entorno más sostenible, inclusivo y con calidad de vida para las generaciones actuales y futuras", afirma Maíra Pizetta Dias.
Además, este proyecto que cuenta con formadores con discapacidad intelectual, están enmarcado con Soluciones Verdes Urbanas de la Fundación Juan XXIII.
Cabe destacar que el trabajo de personas con discapacidad intelectual y/o enfermedad mental, sirve como ayuda a trasladar una visión empoderada y normalizada de este colectivo desde las edades más tempranas.
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