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- Así lo pone de manifiesto la vicepresidenta ejecutiva de la entidad en un artículo publicado en la edición 384 de ‘Cermi.es semanal’
La vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres (FCM), Ana Peláez Narváez, ha advertido del especial impacto que la pandemia de coronavirus tiene en las mujeres y niñas con discapacidad, así como en las personas cuidadoras, que mayoritariamente son mujeres.
Hacemos referencia a un colectivo de población vulnerable, al que se debe cuidar y tener en cuenta. De no hacerlo, tras esta situación a causa de la pandemia del coronavirus, la brecha económica, social y de acceso a la salud será aún mayor.
“Hoy, más que nunca, pienso en las muchas mujeres y niñas con discapacidad que estarán viviendo situaciones terribles de violencia doméstica y sexual, como consecuencia del aumento de las tensiones en el hogar surgidas por el aislamiento de la población; pienso en esas mujeres cuidadoras de familiares dependientes, casi siempre madres, confinadas en sus casas con cuadros de ansiedad por la sobrecarga de tareas tras el cese de servicios de apoyo durante la cuarentena; pienso en esas mujeres mayores con discapacidades agravadas por el deterioro de los años institucionalizadas en residencias o centros de asilo aisladas y olvidadas; pienso, en suma, en el precio que estarán pagando las mujeres, y muy especialmente las que tienen una discapacidad y las que asisten a sus familiares con discapacidad, durante y tras esta pandemia global. Nuestro mensaje, nuestro trabajo, debe servir para estar al lado de todas ellas”, señala la vicepresidenta ejecutiva de CERMI Mujeres.
En un artículo publicado en la edición 384 de ‘Cermi.es semanal’, a cuyos contenidos se puede acceder a través de este enlace, Peláez Narváez expone un decálogo de recomendaciones para que las entidades del sector de la discapacidad puedan reforzar el apoyo y seguimiento a las mujeres y niñas con discapacidad en ante esta situación de crisis sanitaria, social y económica.
La vicepresidenta aconseja que al ofrecer información sobre esta crisis, se tenga en cuenta a este colectivo de población, ya que tienen necesidades específicas. Señala que se las debe implicar directamente en las medidas que se elaboren ante la crisis de salud pública actual; favorecer que puedan acceder a servicios de atención sexual y reproductiva; asegurar o poner en marcha mecanismos para luchar contra la violencia y abusos, y tener en cuenta a las cuidadoras, así como a las mujeres con discapacidad que residen en entornos institucionalizados.
Dos comunidades golpeadas por COVID-19: Madrid y Cataluña
La Comunidad de Madrid, seguida de Cataluña, están siendo, por el momento, los dos territorios del Estado español más castigados por la pandemia provocada por el coronavirus. Por este motivo, la publicación del CERMI recoge los testimonios del presidente del CERMI en la Comunidad de Madrid y del COCARMI, Oscar Moral y Antonio Guillén, respectivamente.
Ambos exigen recursos suficientes en espacios donde hasta ahora no se puso el foco (personal, materiales de protección y diagnóstico rápido…) para los centros residenciales de personas con discapacidad y que no se produzcan discriminaciones en el acceso a tratamientos en caso de que personas con discapacidad se contagien de COVID-19, al tiempo que destacan las dificultades por las que pasan las familias que afrontan el confinamiento domiciliario sin los servicios de apoyo que habitualmente reciben.
Óscar moral alaba el trabajo del personal que trabaja para atender a personas con discapacidad, “arriesgando su propia salud en beneficio de otras que están en situación de mayor vulnerabilidad”. Pese a las dificultades, el presidente de CERMI Comunidad de Madrid valora la interlocución fluida que está teniendo la entidad con la Consejería de Políticas Sociales del Gobierno regional.
Por su parte, el presidente del COCARMI reclama “medidas enérgicas” para ayudar a las personas con discapacidad y un especial cuidado de este grupo social en las medidas de contención de la pandemia. “No entiendo cómo todos los Gobiernos defienden que la discapacidad es para ellos una prioridad en sus políticas, pero luego queda a la cola, olvidada de todo lo demás”, denuncia.
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