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No cabe duda de que la guerra en Ucrania nos está afectando de una u otra manera. No recibimos los misiles ni escuchamos el ruido de las bombas, pero la onda expansiva de estas explosiones se hace notar en nuestros bolsillos, nuestra cesta de la compara y las facturas de los suministros. La pandemia nos dejó sin papel higiénico, pero la guerra amenaza con dejarnos sin provisiones de aceite, granos o gas. Ante circunstancias como estas ya empezamos a escuchar términos como el de 'economía de guerra'
Pero, ¿en qué consiste exactamente la economía de guerra?
El término puede llevar a cierta confusión, no se trata sobre los beneficios que la guerra puede dar a ciertos sectores, sino más bien a las políticas que un gobierno puede aplicar. Al igual que ocurrió con el 'Estado de Alarma' por la situación de pandemia por el coronavirus, el Gobierno tiene la capacidad de aplicar lo que se conoce como 'economía de guerra', que no es otra cosa que la intervención estatal para reorganizar la industria y la producción de bienes básicos, para frenar el desabastecimiento y subsistir con los recursos generados por el propio país.
La economía de guerra suele aplicarse en momentos de conflicto bélico o situaciones de extremo caos en el Estado. Aunque podamos pensar que el Estado ya interviene en la economía a través de algunas políticas y regulaciones, lo cierto es que no lo hace tanto como pensamos, y además, esta forma de intervenir va más allá, puesto que puede controlar el suministro de energías, así como implementar políticas de racionamiento para el consumo privado o ejercer un control político monetario.
Europa ante esta posibilidad
No solamente es Putin cerrando el grifo del gas, también es el hecho de que Ucrania es considerado como el 'granero de Europa' y que aceites como el de girasol provienen de Rusia principalmente. Inevitablemente esto ha supuesto que en momentos puntuales haya habido escasez de ciertos productos y el posterior incremento de los precios.
Emmanuel Macron ha sido el primero en dejar caer la posibilidad de implementar políticas cercanas a la economía de guerra para hacer frente a esta situación, como sus políticas para nacionalizar las empresas energéticas, cuyo objetivo sería el de "garantizar la producción de electricidad frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania con su apuesta por la energía nuclear", según la primera ministra francesa, Elisabeth Borne.
¿Podría llegar a España?
De momento en España aún no se habla de la posibilidad de poner en marcha una economía de guerra, o al menos eso hacen llegar desde el Gobierno. Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra del MITECO, ha declarado a este respecto recientemente que la situación de España dista de sus vecinos europeos y que de momento no se considera que haya un problema de suministros. En cualquier caso, es una posibilidad que no se puede descartar del todo en el contexto en el que estamos envueltos y en tal caso habría que esperar a ver qué tipo de políticas intervencionistas se aplicarían.
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