La eficiencia energética brilla por su ausencia en edificios españoles

La eficiencia energética no destaca en España, pues un informe reciente sobre la tasadora UVE de Valoraciones expone sus datos.

Los edificios construidos a partir del 2010 son los únicos que cuentan con esta característica tan importante para el cuidado del planeta.

Esto supone unas 950.000 viviendas, solamente el 3,6 % del parque residencial que existe en España. Son datos bastante desalentadores para la época de crisis climática que estamos atravesando.

La eficiencia energética es asignatura pendiente de los edificios españoles

Las viviendas que cuentan con sello de eficiencia energética son las más completas, pues cuentan con una alta calidad constructiva, y son las únicas que aplican el Código Técnico de la Edificación de 2006, el primer reglamento que obligo a usar el aislamiento.

Y es que hasta entonces, la norma básica de 1979 solamente recomendaba usar el aislamiento, por lo que aquellas casas construidas entre 1980 y 2009 cuentan con una calidad creciente según avanza el año en el que fueron diseñadas.

Estas son aproximadamente unas 10,6 millones, lo que representa el 49 % del total, indica el informe de UVE Valoraciones sobre la eficiencia energética en los hogares españoles en función de su año de construcción.

Para Germán Pérez Barrio, presidente de la tasadora, "en los edificios residenciales construidos entre 1980 y 2009 no hay dudas sobre la necesidad de acometer obras de mejora en términos de eficiencia energética".

En esa línea, aconseja invertir en mejoras de aislamiento, tanto térmico como acústico, y en la sustitución de la fuente principal de energía.

Situación de los edificios construidos entre 1950 y 1980

Según el experto, las viviendas levantadas entre los años 1950 y 1980 cuentan con materiales de muy baja calidad, por lo que presentan más incertidumbre a la hora de las reformas que deben experimentar.

Pérez Barrio apunta que "la mala calidad se da especialmente en la fachada, por lo que habría que valorar una sustitución total, más que una labor de aislamiento térmico, lo que implica la inhabitabilidad del edificio durante el tiempo que dura la obra".

Este tipo de edificios que no cuentan para nada con la mínima eficiencia energética llegan a sumar más de 7,5 millones, y tal y como expone la tasadora, se encuentran ubicadas fatalmente para reconstruirlas, lo que haría aún más costosa dicha reconstrucción que el valor del edificio tras las obras.

"Además, los inmuebles construidos después de 1950 y hasta 1979, cuentan generalmente con estructuras de hormigón pero muchos se construyeron con cemento aluminoso, por la rapidez de fraguar, y este material con el paso del tiempo se altera químicamente, debido al calor y a la humedad, y pierde resistencia", destacan desde UVE de Valoraciones.

Es debida a su situación y a la falta de eficiencia energética, que dichas viviendas deberían someterse a inspecciones periódicas debido al riesgo de colapso de parte de su extructura.