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Madrid, 14 dic (EFE).- El 10 % de la población española acumula desde mediados de los años 80 el 57 % de la riqueza personal del país, una proporción que se ha mantenido estable fundamentalmente porque el patrimonio de los españoles se concentra en bienes inmuebles y la crisis afectó también a los más ricos.
Son datos del primer "Informe sobre la desigualdad global" elaborado por el Laboratorio sobre la Desigualdad Global, un proyecto financiado con la contribución de instituciones públicas y privadas sin fines de lucro, que se nutre del trabajo de más de cien investigadores colaboradores de todo el mundo, coordinados por economistas como el francés Thomas Piketty.
España es el país de todos los analizados en el estudio en el que más ha crecido la riqueza personal en los últimos 30 años, ya que casi se ha duplicado, al pasar de representar el 380 % del PIB en 1984 a suponer el 650 % en 2014, si bien antes de la crisis llegó al 780 % en 2007.
La investigadora Clara Martínez-Toledano, que se ha encargado de la parte española del informe junto con Facundo Alvaredo (coordinador), Miguel Artola y Luis Estévez, explica a Efe que este aumento del patrimonio de los españoles ha sido principalmente consecuencia del "boom inmobiliario" que elevó de forma exponencial el valor de la vivienda.
El informe resalta que entre 1985 y 1991 los precios de la vivienda se triplicaron, y que entre 1996 y 2008 se volvieron a triplicar, un fenómeno que solo tiene parangón en Japón.
Martínez-Toledano subraya que esta es asimismo la razón de que la crisis no aumentara la desigualdad -al menos en lo que a la riqueza agregada de los hogares se refiere-, dado que el grueso del patrimonio de la población más rica también estaba invertido en inmuebles y el desplome del sector residencial restó valor a sus propiedades.
No obstante, la investigadora matiza que los individuos más ricos han tenido más capacidad para adaptarse a la crisis y diversificar sus carteras hacia otros tipo de activos.
En España, la media de la riqueza por persona (con datos hasta 2013) es de 144.000 euros, si bien la mitad de la población menos rica concentra solo el 7 % de esa riqueza a una media de 18.900 euros por persona.
En la parte alta de la tabla se sitúa el 10 % de la población que aglutina el 57 % de la riqueza, a una media de 813.000 euros por persona.
Esto significa que la riqueza media de una persona que se encuentra en el 10 % de la población más adinerada es 43 veces mayor a la media de quien está entre el 50 % de la población menos boyante, una brecha que apenas ha variado en las últimas tres décadas.
Además, el 1 % más rico del país tiene en su poder el 21 % de la riqueza personal total, con una media de 3 millones por persona.
Martínez-Toledano añade que si a ese 1 % de la población se le sumaran los 146.000 millones de euros que el informe estima que los españoles más acaudalados tienen sin declarar en el extranjero, la concentración de la riqueza se incrementaría en tres puntos para ese colectivo, al pasar del 21 al 24 %.
Respecto a la tendencia a futuro, dice que dependerá de cómo se comporten las tasas de ahorro, ya que si la franja de población más rica ahorra más que la población más pobre la desigualdad se incrementará, mientras que si no hay grandes diferencias en el ahorro la concentración de la riqueza se mantendrá en niveles estables.
Al respecto, recuerda que antes de la burbuja inmobiliaria las tasas de ahorro en general eran altas, pero cayeron en la creencia de que endeudarse para acumular vivienda era una buena inversión.
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