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Buenos Aires, 18 ene (EFE).- Argentina cerró 2018 con un déficit primario del 2,4 % del PIB (Producto Interior Bruto), el más bajo desde 2013 y que se ajusta a los acuerdos alcanzados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), según los datos que presentó el ministro de Hacienda del país, Nicolás Dujovne.
La cifra presentada para este ejercicio es 1,4 puntos inferior a la de 2017, en la que el déficit se quedó en el 3,8 % del PIB, y manifiesta un saldo negativo en las cuentas públicas de 374.250 millones de pesos (unos 9.961 millones de dólares).
Estos datos cumplen con las metas fijadas por el FMI el año pasado, de 378.000 millones de pesos (unos 10.060 millones de dólares), cuando el Gobierno encabezado por Mauricio Macri llegó a un acuerdo con el organismo internacional para recibir un préstamo total de 57.000 millones de dólares.
Con estos números, Argentina está en condiciones de recibir el desembolso de 11.000 millones de dólares programados para marzo por el FMI.
Dujovne resaltó que el Ministerio de Hacienda apostó por incluir en las cuentas del déficit los gastos del "programa de inversiones prioritarias" -los programas de inversión con financiamiento externo- que hasta ahora no computaban en las cuentas fiscales y que ascienden a 35.263 millones de pesos (unos 938 millones de dólares), lo que para el ministro es una muestra de "transparencia".
En cuanto al déficit financiero -el resultado de aplicar los intereses al déficit primario-, este se redujo en 0,8 puntos porcentuales, pasando del 6 % del PIB en 2017 al 5,2 % el pasado año, un dato que para el titular de Hacienda es muy relevante pero que se aleja más de su área de acción.
"El relevante es el financiero (déficit), pero aquel sobre el que podemos actuar es el primario (déficit), porque los intereses que pagamos son el resultado por acciones tomadas en el pasado, tienen que ver con la deuda que tomó Argentina a lo largo de muchos años", manifestó.
El descenso en el déficit primario está relacionado con varios factores, como la reducción en el gasto primario interanual de 1,9 puntos porcentuales y que se sitúo para 2018 en el 20,9 % del PIB.
Desde que el actual Gobierno llegó al poder en 2015 el gasto público se ha reducido todos los años, pasando de casi un 25 % del PIB al 20,9 %, pese a que, según Dujovne, se ha mantenido el gasto en prestaciones sociales.
En cuanto a la recaudación, este campo también se vio reducido en un 0,4 % del PBI, lo que el ministro achacó a medidas como las "rebajas de impuestos vinculadas a la reforma tributaria".
Todo esto llevó también a una reducción de la deuda flotante -la deuda a corto plazo- de un 14 % presentando los valores más bajos desde 2007.
Este hecho permite a la administración "arrancar el año 2019 con mucha salud financiera por parte del tesoro, sin pagos atrasados y con el menor nivel de deuda flotante de mas de una década", según palabras de Dujovne.
Todos estos datos llegan en un año marcado por el préstamo del FMI y la fuerte subida de la inflación, que alcanzó los valores más altos de la década tras un aumento interanual de 47,6 % en 2018.
Este dato influye en la bajada del déficit, ya que la inflación afecta de forma más rápida a la recaudación que a los gastos, tal y como reconoció el ministro al admitir que "evidentemente cuando la inflación es más alta el crecimiento de la nominalidad de la economía es mayor", aunque afirmó que esto solo es efectivo "si uno es muy disciplinado con el gasto".
Todo lo sucedido durante el último año había llevado al Gobierno a apuntar para 2019 a la política de "déficit 0", que tiende a la paridad entre recaudación y gastos, y así lo corroboró a los medios el titular de Hacienda.
"Argentina va a tener este año un resultado primario equilibrado, la cuenta de intereses prevista para el año 2019 se sitúa en 3 % del PIB, con lo cual nuestro déficit financiero debería situarse en 3 %, bajando desde 5.2 el % del PIB al 3 % en 2019", concluyó.
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