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Parece que por fin la cadena de supermercados Dia se ha salvado de un inminente concurso de acreedores al que tendría que enfrentarse de no haber llegado a un acuerdo con el Banco Santander. De modo que finalmente la entidad presidida por Ana Botín refinanciará la deuda de la cadena de supermercados. Y es que era la única de las 17 entidades pendiente de aceptar las condiciones que ofrecía el presidente de LetterOne, del magante ruso Mijhail Fridman, para el futuro de la empresa.
“Finalmente el presidente de LetterOne se ha comprometido a trabajar para eliminar la discriminación entre bonistas y bancos de Dia, lo que creemos es un tratamiento justo. Santander, de manera responsable, ha decidido apoyar a Dia y sus empleados”, ha asegurado la presidenta del Banco Santander en su cuenta personal de Twitter.
Ahora manda LetterOne
LetterOne ya es propietaria de casi el 70% de Dia tras la OPA. La entidad presidida por Ana Botín se encontraban inmersas en las negociaciones para lograr un acuerdo de los 17 bancos acreedores de la compañía, que representan el 77,5% de la financiación sindicada. El objetivo no era otro que restaurar el equilibrio patrimonial y evitar la quiebra de la cadena de supermercados. Mientras, el resto de bancos había aceptado las condiciones de Letterone, que proponía un pago de las deudas en 2023.
En un encuentro con los medios de comunicación poco antes de lanzar su tweet, la presidenta de Banco Santander había declarado que “la propuesta de refinanciación es injusta para los bancos”, pero que su entidad iba “a actuar con responsabilidad”. Esta maniobra ha implicado la situación más inmediata y permitir que los bonistas cuyos vencimientos cumplen en julio cobren la totalidad de sus bonos. Pero no ocurrirá lo mismo para quienes tengan títulos con vencimientos posteriores.
Así las cosas, la presión de los plazos ha llevado a ambas partes a ceder en el último momento. Y es que si hoy no se llegaba a un acuerdo la Ley Concursal obligaba a que el consejo de administración de Dia solicitara el preconcurso de acreedores. Una situación que avocaba a la compañía a la quiebra.
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