El empleo doméstico es el encargado de las tareas del hogar, y los cuidados en casa, pero en los últimos meses está experimentando una caída de la ocupación y del volumen del trabajo.
Además, los especialistas que observan el sector, ven que es uno de los más feminizados y precarizados de la producción española, pero no aciertan en saber qué es lo que ocurre exactamente, pero si que ven una serie de factores, tales como:
- Menos disponibilidad económica de los hogares por la inflación, lo que da lugar al recorte de gastos.
- Expansión del teletrabajo.
- Irrupción de las plataformas multiservicio con ofertas de servicios low cost.
La situación del empleo doméstico deja ver como el empleo irregular está aumentando
Respecto a esto, la cifra del empleo doméstico, y en sí, de empleadas del hogar afiliadas al régimen especial de la Seguridad Social se ha reducido en más de 20.000 desde las vísperas de la pandemia.
"Todos los años se están perdiendo miles de empleos", explica Ana María Corral, responsable del Departamento de Migraciones de UGT, quien no descarta "que se esté reduciendo el empleo legal y esté aumentando el irregular".
Desde CCOO también avisan de que muchas de las trabajadoras del empleo doméstico no están dadas de alta por las horas que hacen ni por los empleadores que tienen, por lo que se unen a factores como la estacionalidad.
Por otro lado, la Encuesta de Población Activa (EPA), indican que menos del 45 % de los hogares que tienen empleo doméstico les ofertan jornadas completas, con lo que la inestabilidad es la reina del sector.
La baja ocupación del sector del empleo doméstico también se debe a la tensión inflacionista, y la extensión del teletrabajo. Es decir, se prescinden las necesidades de apoyo para atender la casa.
Modelos de negocio en plataformas digitales y bonificaciones de la Seguridad Social
A ello se le suma "la irrupción de modelos de negocio como las plataformas digitales que ofrecen servicios para tareas del hogar y de cuidado de personas", recuerda Corral. Algunas de ellas los ofrecen a entre ocho y doce euros la hora sin compromiso de permanencia, una tarifa aparentemente ventajosa frente a una eventual contratación con un recargo del 30 % sobre el precio de la hora para la Seguridad Social.
Aunque eso no es tan así, ya que el Seguro contempla desde octubre de este año una serie de bonificaciones que reducen de manera notable ese recargo social, casi a la mitad cuando se trata de altas y siempre con las aportaciones para desempleo y Fogasa reducidas un 80%, y que llegan a la exención cuando se contratan personas minusválidas o víctimas de violencia machista o si el contrato tiene como objetivo incorporar a alguien desde el desempleo para sustituir de manera interina a una trabajadora de baja por embarazo.
"Hay importantes reducciones de las cotizaciones para los empleadores", destaca Corral, mientras Barragán apunta que "no podemos descartar que la ratificación del convenio que garantiza la prestación de desempleo a las empleadas del hogar haya tenido en gente poco cumplidora el efecto contrario al deseado y hayan optado por prescindir del empleo doméstico o pagarlo todo en negro".
"La realidad es que hay trabajo 'en negro' y que es difícil de detectar si no hay una denuncia de la persona afectada, porque se trata de un sector muy precario", anota el secretario de CCOO Hábitat. "El convenio es un primer paso, es bienvenido aunque queda mucho camino por recorrer" hasta normalizar la situación del empleo doméstico", coincide con la responsable de Migraciones de UGT.
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