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Para conseguir que el empleo de personas con discapacidad lleve hacia una inclusión laboral, sería bueno dejarse aconsejar por modelos que funcionan.
Por ello, el Grupo Social ONCE ha mostrado en sede de Naciones Unidas cómo el modelo de inclusión laboral, basado en la inclusión de trabajadores con discapacidad que se lleva realizando en España en las últimas décadas funciona y se corresponde con las mejores prácticas posibles en el acceso al empleo para estas personas.
El director de Relaciones Internacionales del Grupo Social ONCE, Javier Güemes, ha comparecido en la sede de la ONU dentro del debate general ‘Buenas prácticas y recomendaciones sobre el derecho al trabajo y al empleo de personas con discapacidad’, recogido en el artículo 27 sobre el derecho al trabajo de la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD).
El modelo de empleo de personas con discapacidad de ONCE, funciona y es efectivo
El representante español ha destacado cómo el modelo aplicado por la Organización en España se apoya en un mercado laboral “inclusivo”.
Así lo demuestra con un 58 % de personas con discapacidad trabajando globalmente en la plantilla del Grupo Social ONCE y un 40 % dentro de Ilunion, su grupo de empresas.
Güemes insistió a los responsables de Naciones Unidas en la necesidad de definir “con claridad” lo que es empleo inclusivo, para diferenciarlo del concepto de empleo segregado.
Asimismo ofreció las claves de esa inclusión en el empleo de personas con discapacidad, un modelo que conduce a la inclusión global, social y efectiva de las personas con discapacidad en la ciudadanía, desde el punto de vista de sus derechos.
"El empleo inclusivo se escoge por voluntad propia, está cubierto por los estándares de trabajo, respeta los derechos de los empleados, ofrece oportunidades de desarrollo profesional y establece los salarios conforme a los acuerdos colectivos del sector y por encima del salario mínimo", expuso durante su intervención Javier Güemes.
"Este tipo de trabajo puede tener lugar en entidades públicas, empresas privadas (incluyendo las empresas de empleo con apoyo), economía social, empresas sociales, trabajo por cuenta propia y emprendimiento y centros o iniciativas de empleo inclusivo. Toda clase de empleo que no incluya todas y cada una de las características mencionadas debe considerarse empleo segregado", apuntaba Güemes.
El empleo de personas con discapacidad tiene que tener en cuenta la Economía Social
La Economía Social tiene que ser reconocida por su especial especificidad, con modelos de emprendimiento dirigidos por:
- Las propias personas con discapacidad (cooperativas y otras soluciones de economía social)
- Las organizaciones representativas de las personas con discapacidad y/o sus familias (tipos de empresa social)
Pues ofrecen “empleos dignos y oportunidades de empleo productivas, pagando salarios acordes al trabajo realizado y el sector en el que se encuadra, pero bajo ninguna circunstancia menor que el salario mínimo”, subrayó Güemes.
Asimismo, quiso subrayar que el Comité debe destacar el valor específico y la importancia de la iniciativa social en el empleo de personas con discapacidad.
Igualmente, solicitó que se valore la digitalización y el respeto al medio ambiente como claves de futuro de ese modelo inclusivo; que la formación para el empleo sea “absolutamente accesible” y esto sea obligatorio por ley para todas las compañías.
Además, en el marco del empleo de personas con discapacidad, pidió también que se refuercen las leyes contra la discriminación; que los servicios públicos de empleo cuenten con especialistas en la materia; y que se mantengan y respeten mecanismos que han demostrado su eficacia como las cuotas de reserva en el empleo o los incentivos fiscales.
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