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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y la estrategia de la Comisión Europea para conseguir una economía climáticamente neutra en 2050 son algunas de las acciones impulsadas por la urgente necesidad de frenar los efectos del calentamiento global, y que en España se concretarán en una ley de cambio climático cuya tramitación está en su fase final.
Iniciativas que reducirán la huella de carbono y que tendrán un impacto altamente positivo en la huella del empleo, generando oportunidades laborales en numerosos sectores productivos que van desde la propia generación e instalación hasta el desarrollo de proyectos de sostenibilidad urbana.
Y es que se oye mucho hablar de energía sostenible pero ¿alguien sabe exactamente lo que significa? ¿Son sostenibles la energía solar o la energía eólica? ¿Y la biomasa?
¿Cuál es la definición de la energía sostenible?
Una energía sostenible es una energía que se puede utilizar sin comprometer a las generaciones futuras en satisfacer sus necesidades.
También se puede definir como una energía cuya fuente no se agota con su uso (o se agota a un ratio insignificante).
Se consideran energías sostenibles todas las energías renovables (eólica, solar, hidráulica, geotérmica, olamotriz o la biomasa).
También entra en el concepto de energía sostenible una disciplina como la eficiencia energética. Actualmente la eficiencia energética es el área con más potencial para luchar contra el cambio climático. La eficiencia energética tiene el ratio dinero invertido / reducción de CO2 más bajo. Por eso se dice que “la energía más barata es la energía que no se consume.”
En el ámbito de las renovables y el desarrollo sostenible, no hay un futuro prometedor, sino muchos
De acuerdo con la nueva norma, para 2030 España deberá reducir la emisión de gases de efecto invernadero un 23 % con respecto a los niveles de 1990, mientras que el 74 % de la electricidad producida deberá provenir de fuentes renovables (un 100 % en 2050).
Si se incluyen el transporte y los procesos industriales, el consumo final de energía limpia tendrá que ser entonces de al menos el 42 %.
El futuro pasa por una combinación de fuentes renovables ya maduras (la eólica, la solar o la hidráulica, por ejemplo) y el desarrollo de nuevas tecnologías como son el hidrógeno verde, el almacenamiento y la eólica marina flotante, que consolidarán este proceso y nos permitirán completar la descarbonización en sectores todavía difíciles de electrificar, como la industria y el transporte pesado.
La Ingeniería es, sin duda, una de las grandes beneficiadas por el auge de la energía sostenible
Este sector atrae a profesionales procedentes tanto de la universidad como de distintos grados superiores de Formación Profesional.
Principalmente ingenieros industriales de la rama eléctrica, mecánica, de electrónica de potencia, ingenieros e ingenieras de caminos e incluso procedentes de formaciones más especializadas como Ingeniería de la Energía.
Además, los ciclos superiores de Formación Profesional aportan también perfiles técnicos que son y serán interesantes dentro de este campo, como por ejemplo los de la rama de Electricidad y Electrónica, de Energía y de Mantenimiento e Instalaciones, enfocados en la eficiencia energética y en las nuevas tecnologías que la hacen posible.
También tendrán un hueco importante los expertos en transformación digital, como por ejemplo en el sector de la energía solar.
En cualquier caso, la huella de empleo va más allá de estos perfiles específicos: hablamos de un ecosistema asentado sobre la ingeniería pero que requerirá profesionales de todas las áreas, y que incluso impulsará puestos de trabajo que aún no existen, como los enfocados en el reciclaje de instalaciones renovables.
El impulso de las renovables no debe detenerse
Desgraciadamente, si el carbón vivió un pronunciado desplome en 2020, la aportación del gas a la demanda eléctrica apenas se redujo un 4 %. El crecimiento de las renovables sigue siendo muy lento. La energía solar y la eólica deberían crecer el triple para alcanzar los objetivos del 'pacto verde' europeo en 2030.
Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, estas dos fuentes renovables alcanzarán crecimientos récord en los próximos años, pero los planes nacionales de transición energética no son suficientemente ambiciosos para llegar a cumplir por lo comprometido en la Unión Europea.
Por suerte, tenemos motivos para ser optimistas. El panorama internacional parece estar de acuerdo en que la energía sostenible es el camino a seguir para poder salir de la crisis económica provocada por la pandemia.
La Recuperación Verde será un salvavidas que, no solo reanimará la economía, sino que logrará impulsar la lucha contra el cambio climático para así conseguir cumplir con objetivos de descarbonización.
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