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Ponerse en la piel del otro es fundamental para comprender sus necesidades. Con este objetivo, la unidad de Formación y el servicio de Atención al Paciente, en colaboración con la ONCE, organizaron un taller dirigido a los estudiantes de tercero de Enfermería. La actividad permitió a los futuros profesionales experimentar las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad visual y aprender a ofrecerles una atención de calidad en el ámbito sanitario.
Aprender desde la experiencia de la discapacidad visual
El hecho de comprender las necesidades de los demás es esencial en el ámbito de la salud. Con esta idea, la unidad de Formación y el servicio de Atención al Paciente, en colaboración con la ONCE, diseñaron un taller especial para los estudiantes de tercero de Enfermería.
El objetivo era permitirles experimentar de manera directa las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad visual, brindándoles herramientas para ofrecer una atención más adecuada y empática.
Durante la jornada, los estudiantes se pusieron en el lugar de personas con ceguera total o baja visión. A través de una experiencia inmersiva, comprendieron de primera mano los desafíos que estos pacientes enfrentan al acudir a una consulta, ser hospitalizados o acompañar a un familiar en un centro de salud.
Esto permitirá a los futuros enfermeros mejorar su atención y contribuir a un sistema de salud más inclusivo y accesible. La comunicación efectiva y el conocimiento de las dificultades cotidianas de estos pacientes son esenciales para garantizar un trato adecuado y profesional.
Herramientas para una mejor atención
El taller proporcionó a los estudiantes herramientas clave para mejorar la comunicación y la accesibilidad. Así, aprendieron técnicas para guiar a personas con discapacidad visual en hospitales y centros de salud, así como estrategias para facilitar su desplazamiento en entornos desconocidos. También realizaron ejercicios de descripción de objetos a través del tacto y prácticas para asistir a personas ante desniveles y obstáculos.
Uno de los aspectos fundamentales fue el aprendizaje sobre la importancia de la autonomía de las personas con discapacidad visual. No se trata solo de ayudar, sino de hacerlo de una manera que respete la independencia del paciente.
En este sentido, los estudiantes recibieron orientación sobre cómo ofrecer asistencia sin imponer acciones innecesarias, permitiendo que la persona guiada mantenga el control en todo momento.
Una actividad con impacto
Los talleres fueron impartidos por Julia Fernández-Nieto, técnica de rehabilitación visual de la ONCE en Vigo, con la participación de Sandra González, una persona con discapacidad visual que compartió su experiencia. Su testimonio ayudó a los estudiantes a comprender mejor las necesidades reales de estos pacientes y la importancia de un trato adecuado.
Escuchar de primera mano sus vivencias permitió a los alumnos reflexionar sobre la importancia de una atención empática y bien informada.
Gracias a esta iniciativa, los futuros profesionales de la enfermería han adquirido conocimientos y habilidades que les permitirán ofrecer una atención más humana e inclusiva de cara a las personas que sufran discapacidad visual.
Este tipo de formación es clave para construir un sistema de salud accesible para todos. La sensibilización y la formación en diversidad funcional no solo benefician a los pacientes, sino que también enriquecen a los profesionales, preparándolos para ofrecer un servicio de salud de mayor calidad y equidad.
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