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La discapacidad visual afecta a millones de personas en todo el mundo, limitando su autonomía y calidad de vida. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80 % de las afecciones que causan pérdida de visión son prevenibles o tratables con los recursos médicos adecuados. Desde enfermedades como las cataratas hasta problemas refractivos no corregidos, muchas condiciones pueden evitarse con revisiones oftalmológicas periódicas y acceso a tratamientos adecuados.
Las principales barreras que impiden que las personas reciban la atención visual que necesitan incluyen la falta de acceso a servicios médicos, la desinformación sobre la importancia de los chequeos oculares y la ausencia de políticas públicas eficaces en algunas regiones. Por ello, es fundamental concienciar a la población sobre la importancia del cuidado de la salud ocular y fomentar campañas de prevención.
Principales causas de discapacidad visual prevenible
Entre las enfermedades que pueden derivar en ceguera o discapacidad visual si no se tratan a tiempo, destacan:
- Errores refractivos no corregidos: La miopía, la hipermetropía y el astigmatismo afectan a millones de personas. En muchos casos, bastaría con el uso de gafas o lentes de contacto para corregir estos problemas y evitar complicaciones futuras.
- Cataratas: Es la principal causa de ceguera en el mundo, pero su solución es sencilla mediante cirugía. En países con acceso a la tecnología médica, esta intervención es rutinaria y devuelve la visión en la mayoría de los casos.
- Glaucoma: Conocido como el "ladrón silencioso de la vista", esta enfermedad daña el nervio óptico y puede causar ceguera irreversible si no se diagnostica a tiempo. La detección temprana y el tratamiento con gotas o cirugía pueden frenar su avance.
- Retinopatía diabética: La diabetes mal controlada puede afectar la retina, provocando pérdida de visión progresiva. El control de la glucosa y las revisiones periódicas con un oftalmólogo son clave para prevenirla.
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): Aunque no tiene cura, algunos tratamientos pueden ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
La prevención y el acceso a tratamientos, claves para la salud visual
Para reducir la incidencia de la discapacidad visual prevenible, es fundamental fomentar hábitos saludables y realizar revisiones oftalmológicas de forma regular. Algunas recomendaciones incluyen:
- Acudir al oftalmólogo al menos una vez al año, especialmente en personas mayores de 40 años o con factores de riesgo.
- Proteger los ojos de la radiación ultravioleta con gafas de sol adecuadas.
- Mantener una dieta equilibrada rica en vitaminas A, C y E, que benefician la salud ocular.
- Controlar enfermedades como la diabetes e hipertensión, que pueden afectar la visión.
- Evitar el uso prolongado de pantallas sin descanso visual adecuado.
- No fumar, ya que el tabaco está relacionado con enfermedades oculares como la degeneración macular y las cataratas.
- Hacer ejercicio físico con regularidad para mejorar la circulación sanguínea y la oxigenación de los tejidos oculares.
- Conocer el historial médico familiar para identificar posibles patologías genéticas asociadas a la salud ocular.
Desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL) han puesto en marcha la campaña "La salud visual en las distintas etapas de la vida", en la que recalcan que hasta el 80 % de las causas de discapacidad visual son prevenibles o curables. En este sentido, recomiendan realizar revisiones oculares periódicas para detectar posibles problemas a tiempo.
El desarrollo del sistema visual alcanza su madurez antes de los 20 años y se mantiene estable durante la treintena, salvo en casos de alteraciones visuales que pueden producirse en las mujeres durante el embarazo. Según Ana Belén Cisneros, vicedecana de COOCYL, en los años de juventud la graduación de la vista cambia muy poco, por lo que es esencial seguir las recomendaciones del óptico-optometrista para corregir defectos refractivos como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Existen soluciones eficaces y avaladas científicamente, como gafas, lentillas o la ortoqueratología (Orto-K), un método que permite usar lentes de contacto especiales durante la noche para disfrutar de una buena visión durante el día.
La miopía es considerada por la OMS como una pandemia, y en España afecta ya a seis de cada diez jóvenes universitarios de entre 18 y 25 años. Su incremento está asociado al mayor uso de pantallas digitales y la prolongada visión en distancias cortas. No solo es importante evitar su desarrollo, sino también controlar que no alcance niveles de riesgo.
Invertir en salud ocular no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también reduce la carga económica y social que supone la discapacidad visual. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia entre la pérdida irreversible de la visión y una vida con plena capacidad visual.
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