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Más de 250 especies marinas han mejorado la diversidad en la Costa Dorada, gracias a una montaña subacuática de carbonato cálcico creada por el proyecto 'Devolver al mar lo que es del mar', de la Fundación Natural Art Reed y BMW. Este innovador proyecto, el primero en el Mediterráneo, incluye 10 biotopos diseñados por BMW para rastrear y monitorear las especies en este ecosistema.
Más de 250 especies marinas reviven en su nuevo hogar en Costa Dorada
Más de 250 especies marinas han encontrado un nuevo hogar en la Costa Dorada, gracias a una enorme montaña subacuática de carbonato cálcico ubicada frente a Torredembarra (Tarragona). Este hito forma parte del proyecto 'Devolver al mar lo que es del mar', impulsado por la Fundación Natural Art Reed y BMW.
Este esfuerzo, pionero en el Mediterráneo, incluye la instalación de diez biotopos por parte de BMW para identificar y monitorear las especies que residen en este nuevo ecosistema.
Pilar García de la Puebla, directora de Comunicación de BMW Group España, expresó su orgullo por el compromiso de la compañía en la preservación de la biodiversidad mediterránea y su intención de fomentar una cultura de respeto hacia el medio marino.
La montaña subacuática está compuesta por más de 40.000 toneladas de piedra con una antigüedad de más de 25 millones de años, y su traslado requirió el uso de más de 1.600 camiones a lo largo de tres meses.
Con dimensiones que equivalen al tamaño del estadio Santiago Bernabéu y una altura similar a la de un edificio de cuatro pisos, este proyecto tiene un impacto significativo en el entorno marino.
La oceanógrafa Irantzu Ganuza, de Natural Art Reef, explicó que el carbonato cálcico se eligió por su capacidad para equilibrar el pH del ecosistema y porque muchos organismos marinos están compuestos en gran parte de este material.
El pez luna, la especie más destacada en el mundo marino y en la zona
Dentro del ecosistema, los teleósteos representan la mayoría de las especies, constituyendo el 96 % de los peces conocidos. Entre ellos, se destaca el pez luna, que es el pez óseo más grande del mundo, alcanzando hasta dos metros de longitud.
Este pez suele habitar en las profundidades del océano, pero se acerca a ecosistemas como el de la Costa Dorada para interactuar con el pez chopa, con el que establece una relación simbiótica; el pez chopa le ayuda a desparasitarse, ya que el pez luna no tiene escamas.
Además, se han registrado otros fenómenos importantes en este hábitat. Uno de ellos es el regreso del mejillón mediterráneo, que había sido una especie abundante en el pasado, pero cuya población ha disminuido significativamente. También se han observado especies que actúan como bioindicadores del estado del ecosistema.
La bióloga Irene Gonzalo, del equipo de Natural Art Reef, señaló que la gorgonia, en sus variedades blanca y naranja, así como el coral cuerno de alce, son ejemplos de tales bioindicadores que reflejan la salud y riqueza del entorno.
Asimismo, destacó la aparición de la raya obispo, un pez que se encuentra en peligro de extinción y cuya presencia es un indicativo del equilibrio en este ecosistema renovado.
¿Cómo surge esta iniciativa para recuperar la biodiversidad marina?
La iniciativa de recuperar la biodiversidad marina surge de la visión de Miquel Rota, fundador de Natural Art Reef, quien comenzó su trayectoria creando acuarios.
Rota explicó: “El carbonato de calcio es el hogar de bacterias tanto aeróbicas como anaeróbicas, y lo utilizaba en mis acuarios para asegurar la supervivencia de los peces. Quería contribuir a la biodiversidad marina en Torredembarra, pero, dado que hundir un barco como se hace en Estados Unidos no era viable aquí, se me ocurrió esta alternativa”.
Con este objetivo, Rota desarrolló estructuras que combinan carbonato cálcico y cemento natural, obteniendo resultados que describió como "excepcionales". Este enfoque no solo proporciona a los pescadores un lugar natural para fondear, sino que también ha fomentado el turismo de buceo en la región, atrayendo a más de 2.000 buceadores en el transcurso de este año.
Además, Rota enfatizó la colaboración estrecha con la cofradía de pescadores de Torredembarra para recuperar organismos que han sido capturados de forma accidental, contribuyendo así a la sostenibilidad del ecosistema local.
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