Lectura fácil
"Soy uno de los que abandonó a su familia con el plato en la mesa aquel fatídico domingo día 13. Como Guardia Civil y como persona reconozco que se me estremeció el corazón al tratar con los primeros minutos de desesperación de los familiares. Pero igualmente me sentía abrumado escuchando la emisora y cómo la Central iba coordinando el aviso de movilización a GEAS, MONTAÑA, Policía Judicial, SEPRONA etc
Fue increíble como entre todos buscaban soluciones y fabricaban inventos para poder llegar a Julen en las mejores circunstancias de seguridad posibles. No se me olvidará el escalofrío caluroso y las palpitaciones de mi corazón visualizando la pantalla de la cámara en su recorrido, intento tras intento, pues aunque mi deseo era ver a Julen, sabía que rompería a llorar si eso ocurría, y por otro lado, ni siquiera estaba seguro de querer que apareciera en esas circunstancias o valorar la posibilidad de que no estuviera allí y se abriera una nueva vía de esperanza
Las palabras que me dijo un compañero tras tres días de trabajo ininterrumpido en el pozo no se me olvidarán: 'aquí no vamos a parar hasta que lo rescatemos, eso está claro'. Ya llevamos más de una semana de intenso trabajo, y para qué negarlo, nos encontramos con el cuerpo cortado pero con el corazón intacto y voluntad nos sobra.
Visto lo visto, España puede estar tranquila, porque sus Bomberos, personal GREA del 112, Protección Civil, personal civil facultativo, psicólogos, y por su puesto, su Guardia Civil jamás pararán hasta devolver a Julen a sus padres, eso tenedlo por seguro".
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