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Una estafa puede salir de cualquier parte, del lugar que menos te lo esperes. Actualmente, en cualquier momento, podemos caer en este tipo de engaño, por lo que debemos estar atentos de las nuevas modas que surgen al respecto de este tema.
La policía persigue a este tipo de delincuentes y delitos, para poder evitar que sigan sucediendo, pero, lamentablemente, es difícil erradicarlos por completo.
Este consiste en engañar a una persona, causando un daño patrimonial, ya sea propio o ajeno, pero consiguiendo la mentira más gorda y que más dinero o beneficio pueda causar.
Estafa al volante
Si, como lees, hasta conduciendo tu coche puedes acabar siendo víctima de una estafa inesperada. Tal es la situación, que existen varias modalidades de engaños que utilizan los estafadores.
Una de las más frecuentes es aquella que se conoce como la estafa del carburante. Se han dado casos en varias áreas de repostaje en los que las estaciones ofrecían combustibles mezclados con otros productos, como agua, aceite o alquitrán.
Por otro lado, siguiendo en esta línea de estafa, tenemos la de la gasolina obtenida por métodos ilegales, como pinchazos a oleoductos y sin pagar impuesto.
Pero, ahora ha surgido una estafa que nos puede ocurrir cuando vamos subidos al vehículo, y es la que se conoce como el engaño del retrovisor.
La primera vez que se detecto fue en el 2017, en la Comunidad Autónoma de Cataluña, y se trata de un engaño bastante novedoso y que solía salir bastante bien para los estafadores.
Así sucede y esto es lo que debemos de saber para no caer en la trampa
Los Mossos d’Esquadra compartieron a través de su cuenta de Twitter cómo proceden los delincuentes que realizan la estafa del retrovisor.
El objetivo de los estafadores es una persona de edad avanzada, que se encuentra conduciendo con su coche por carretera, cuando un vehículo ajeno, acaba colisionando, causando daños en su propio retrovisor.
Cuando ocurre esto, los delincuentes acaban parando coches, y usando la palabrería, consiguen convencer de que la responsabilidad es del coche con el que ellos colisionaron a posta.
Por ello, acaban convenciendo a la víctima de que es mejor solucionar las cosas sin recurrir al seguro, para no tener que entrar con trámites, ni papeleos, y no tener la penalización de la aseguradora.
Para concluir la estafa, timadores y víctima, acuden juntos al cajero más cercano, para que así el perjudicado saque dinero en efectivo y les pague los supuestos daños. La cantidad que tienen para la supuesta reparación ronda los 1.200 y 1.500 euros. Así, no solo se llevan ese dinero, sino que además se quedan con el PIN de la tarjeta bancaria, robándoles a las víctimas la cartera, y sacando el dinero que tengan en la cuenta.
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